martes, 15 de diciembre de 2020

UNA PALABRA CAMBIO MI VIDA (5). Facundo Cabral. Transcripción Juana Macedo

 

UNA PALABRA CAMBIO MI VIDA (5). Facundo Cabral. Transcripción Juana Macedo

Cómo no tengo una mujer vivo con todas, como no tengo una casa vivo en el mundo, no necesito automóvil ni yate porque los tienen mis amigos, es decir, como les decía al principio soy un vagabundo first class, no tengo que ocuparme de los pobres porque para eso está la iglesia, ni preocuparme por los ricos porque para eso está el Gobierno. Nadie me obliga a ir de compras o de vacaciones, no tengo que estar atento a la bolsa de Hon Kong ni a la moda de Paris, que quiere decir que encontré el secreto, tener menos para tenerme más, ¡Si Señor! 

Me gusta decir, tengo derecho a decir, yo debo decir… 

Yo vengo de todo el mundo, vengo de toda la gente, vengo de toda la gente, 

De la magia del pasado y la furia del presente, yo vengo de la alegría, vengo de la libertad, del hijo del carpintero y del padre de la mar. 

En mi corazón cristiano suenan voces musulmanas, suenan voces musulmanas. 

Hay budistas y judíos en mi sangre y en mi alma, mi sombrero es cordoves y mis botas son tejanas, mi guitarra es japonesa y mi canción es pampeana. 

Bueno acá hay, ya se habrán dado cuenta que mis botas no son tejanas pero era lo único que me rimaba con pampeana…(Risas y aplausos) 

Lady Di quería conocer a la madre Teresa, y mando a una señora a Calcuta en su representación para ver si conseguía, Teresa atendía a todo el mundo, claro, no solamente a Lady Di, pero quería tener un encuentro con ella y ella vino a arreglarlo, cuando la llevaron en Calcuta a la casa de las hermanas de la caridad, la llevaron a donde estaba la Madre Teresa, estaba bañando un leproso, lo que es duro, durísimo de ver, durísimo de hacer- La señora inglesa quedó aterrorizada, quedó petrificada y cuando pudo hablar le dijo: 

Madre yo no bañaría un leproso ni por un millón de dólares. 

Y la madre le dijo: Yo tampoco porque a un leproso, solo se le puede bañar por amor. 

Yo entre tantas canciones esta es una de la que más amo, porque es la canción que canto cada mañana, alguna vez, aquí cerquita en Houston, yo estaba ahí, al borde en una clínica, al bordecito no más, casi lo escuchaba a Gardel cantándome al oído, ya me estaba cargando la que ustedes saben. La enfermera una negra maravillosa que ha pesar de tener 20 años menos que yo, era mi madre en ese momento me dijo:
Facundo por qué no me dictas una canción para cantar cada mañana, para agradecerle al Señor la gentileza de un nuevo día. 

Y un día se la dicté y cada mañana ella corría la cortina abría y me decía: 

¡Otro día Facundo! Y se sentaba al costado de la cama y nos tomábamos de la mano y cantábamos esta canción: 

Este es un nuevo día, para empezar de nuevo, para buscar al ángel 

Me crece los sueños para cantar, para reír, para volver a ser feliz 

Para cantar, para reír, para volver a ser feliz. 

En este nuevo día, yo dejaré el espejo y trataré de ser por fin un hombre bueno, de cara al sol caminaré y con la luna volaré, de cara al sol caminaré y con la luna volaré 

Por qué no? el mayor de nuestros hermanos dejó dicho: 

Cosas más grandes verán, cosas más grandes harán, en una eternidad siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le podes decir basta a la mujer que ya no gusta, al hombre que ya no amas, hay seis mil millones de seres humanos en el mundo y no te vas a joder por uno solo. 

Ahora mismo le podes decir basta al trabajo que odias, el que trabaja en lo que no ama, aunque lo haga todo el día es un desocupado. 

Ahora mismo le podes decir basta a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los que quieren dirigir tu vida, al miedo que heredaste, el miedo que es la antítesis del amor que es valentía. 

Este es un nuevo día, para empezar de nuevo, para buscar al ángel que nos 

crece los sueños para cantar, para reír, para volver a ser feliz 

Para cantar, para reír, para volver a ser feliz. ¡Si Señor!

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