Llévame a la calle, hijo, que aún tengo buenas piernas; a caminar sin rumbo fijo contigo no me sentiré vieja...
Invítame a tu casa, hijo, el domingo en la mañana, a compartir tu buena mesa y sentirme acompañada...
Háblame con cariño, hijo, no me grites ni te alteres; los viejos somos como niños, nos gusta que nos mimen, nos sonrían y nos amen...
Festeja mis ocurrencias, no critiques mis locuras; trataré de ser valiente aunque surjan amarguras...
No me alejes de tu lado, no me hables con engaño; tengo aún mi mente clara, los recuerdos son de antaño.
Ven a verme a casa, hijo, yo no te pediré nada;
solamente tu presencia y contemplar tu cara...
No me dejes triste y sola, no me metas a la cama; los doctores se equivocan, el dolor esta en el alma...
(Dedicado con cariño a nuestros mayores).
Que hermoso y cierto, démosle nuestro tiempo ahora que se puede!!
ResponderBorrarSiii es realmente triste ver a tanto adulto solos, sus hijos no tienen tiempo...
ResponderBorrarQue bueno gracias por este razonamiento y muchas veces nos damos cuenta tarde
ResponderBorrarGracias a ustedes por comentar. Saludos a todos.
ResponderBorrarGracias a ustedes por comentar. Saludos a todos.
ResponderBorrarEs así,no se deben olvidar a nuestros mayores,debemos hacer que ellos se sientan felices.Bella reflexión.
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