Decía no me privó de nada, las dictaduras, la prisión, algún éxito, más de un fracaso, convivir con los Tuareg del Sahara, con los hombres azules del Marraqués, con los tarahumaras del Chiguagua, no me privó de nada. Me gusta recordarles que vale la pena vivir y vale la pena poner todo el esfuerzo para ser felices porque para eso nacimos, a pesar de tanto imbécil, corrupto y envenenador,… a pesar de toda esa lacra la vida vale la pena. Además no le crean a los que dicen por ahí, que el mundo está podrido, no le crean a estos fatalistas que viven solamente de la enfermedad.
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