Más que un anillo de compromiso
Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le presento uno. La hermosa piedra solitaria brillaba como un diminuto sol resplandeciente. El muchacho contemplo el anillo y con una sonrisa lo aprobó, luego pregunto el precio y se dispuso a pagar por su compra.
-¿Va usted a casarse pronto? Le preguntó el joyero.
- ¡No! - respondió el muchacho, Ni siquiera tengo novia.
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
-Es para mi mamá - dijo el muchacho.
Cuando yo iba a nacer ella estuvo sola; alguien le aconsejo que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas, ¡muchos!
De hecho, fue padre y madre para mi, buena amiga, maestra y hermana. Me hizo ser lo que ahora soy. Ahora que puedo, le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella.
¡Quizás después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo!
El joyero no dijo nada. Solamente ordeno a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que estaba reservado solo para los clientes importantes.
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