jueves, 14 de mayo de 2015

Salmos 30




Salmos, 30

2.Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios.

3.Señor, Dios mío, clamé a ti y tu me sanaste.

4.Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has vuelto a la vida.

5.Que sus fieles canten al Señor, y den gracias a su Nombre santo.

6.Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría.

7.Cuando me iba bien, decía entre mí: "Nada jamás me perturbará".

8.Por tu favor, Señor, yo me mantenía como plantado en montes poderosos; apenas escondiste tu rostro, vacilé.

9.A ti clamé, Señor, a mi Dios supliqué.

10."¿Qué ganas si me muero y me bajan al hoyo? ¿Podrá cantar el polvo tu alabanza o pregonar tu fidelidad?

11.¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro!

12.Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.

13.Así mi corazón te cantará sin callarse jamás ¡Señor, mi Dios, por siempre te alabaré!

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