jueves, 21 de mayo de 2015

Salmos 36



Salmos, 36

2.Sólo el pecado habla al impío en el fondo de su corazón; ¡ningún temor de Dios ante sus ojos!

3.Se mira con tan buen concepto, que se niega a admitir su culpa.

4.Sus palabras son fraude y maldad; renunció a ser sensato, a obrar el bien.

5.Hasta en su lecho rumia sus maldades; se obstina en el camino que no es bueno, no renuncia al mal.

6.Señor, tu amor está sobre los cielos y tu fidelidad pasa las nubes.

7.Como los altos montes es tu justicia, y tus decretos como los abismos; Señor, tú ayudas a hombres y animales:

8.¡qué valiosa es tu gracia! A ti acuden los hijos de Adán debajo de tus alas se refugian;

9.se sacian con lo mejor de tu casa, y le quitas la sed en tu río de delicias.

10.En ti se halla la fuente de la vida, y es por tu luz que vemos la luz.

11.Conserva tu amor a los que te conocen, tus premios a los de recto corazón.

12.Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me atrape la mano del impío.

13.¡Ahí están, cayeron los malhechores, fueron tumbados y no pueden levantarse!

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