FACUNDO CABRAL. ENTRE DIOS Y EL DIABLO.
Álbum completo (1986).
(Transcripción Juana Macedo – Parte 4)
Cansado de la televisión es decir, de ver sufrir a Waldine, gritar a Corso Gomez y saltar a María Amuchastequi, cansado de que el obispo levante su dedo sagrado para nada, cansado de ser un ciudadano, es decir un robot, una máquina dividida por la corbata, arriba una fábrica de complejos, abajo una trituradora de alimentos. Cansado de portarme bien para que me dejen atrás los que se portan mal, cansado de que la televisión ofenda a los pobres de mi pueblo mostrándoles "Dallas y Dinastía". Cansado de la incomunicación que llega al punto de que escuchemos todo el día en todas partes canciones en un idioma que desconocemos. Cansado de levantarme, ducharme, escribir, leer, comer en aviones, discutir a Vilardo, putear al Ministro de Economía, envidiar a los japoneses y lamentarme por los chilenos. Cansado de protestar porque la única vez que podría haber votado no estaban los padrones. (risas)
Cansado de esperar a mí hermano. De volver a la casa de mi madre y escapar de la fama, que ya se metía hasta en mi cama, hace un tiempo atrás, decidí, morir. Cuando llegué al cielo, la primer sorpresa fue no encontrar a San Pedro, o Dios se había cansado de los porteros, que son pequeños milicos, o se había modernizado porque en el lugar de San Pedro había una computadora alimentada por datos que le mandaba el Vaticano, es decir; que inmediatamente me mandaron al infierno. (Risas y aplausos)
El infierno no era diferente de los cuarteles y los teleteatros. Pero lo más interesante no era el infierno, sino la visión de la tierra desde afuera, porque desde arriba se ve todo a la vez, pasado, presente y futuro. Es decir; que sigue cayendo la bomba atómica en Hiroshima cuando Caputo sale de las Naciones Unidas, e Irigoyen se aterra a ver a Herminio entrar al parlamento, cuando Herminio llego al Mar de Plata dijo: carajo fue seria la inundación. (risas y aplausos).
Yo lo quiero no hay un solo día que me pueda olvidar de Herminio.
Yo lo quiero no hay un solo día que me pueda olvidar de Herminio.
En el infierno los condenados la pasaban tan bien como en la tierra, lo que me confirmó que el bien y el mal son inventos de los curas para que nadie pueda gozar con las maravillas, que ellos vaya a saber por qué se niegan. Es decir; que el que fue boludo aquí será boludo allá (risas y aplausos).
Si transitamos la eternidad, la flor es para siempre y el trueno también, entonces no esperemos cambios, Galtieri nunca será Jesús, pero Jesús nunca será Galtieri.
El diablo no me era desconocido, o se parecía mucho a las madres castradoras que cuidan el sexo de sus hijas como si fuesen diadema de diamante y deben tener razón, porque con el culo de las muchachas se anuncian automóviles, perfumes, chocolates, helados, bronceadores, motocicletas y rifas. (risas y aplausos)
Mi madre siempre dice, “mira a Mónica Gonzaga con el culo alcanzó más fama que Borges con la cabeza”, mi hermano dice: “Tenés razón, siempre me dijiste que esta es una sociedad de mierda y debes ser cierto porque todo se anuncia con el culo”.
En las calientes noches del infierno, el diablo me decía por ejemplo: Yo no pude hacer nada, ya estaba todo decidido por el Señor. Los camellos al desierto, los leones a la sabana, las panteras a la selva, el cóndor a la montaña, los tigres a la india, los militares a Sudamérica, ¡es palabra del diablo!, no después Crónica se enoja conmigo. (Continúa parte 5)
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