48. Alábante tus obras para que te amemos, y amámoste para que te alaben tus obras, las cuales tiene por razón del tiempo principio y fin, nacimiento y ocaso, aumento y disminución, apariencia y privación. Tienen pues, consiguientemente, mañana y tarde, parte oculta y parte manifiesta. Porque han sido hechas de la nada por ti, no de ti, ni de alguna cosa no tuya o que ya existiera antes, sino de la materia concretada, esto es, creada a un tiempo por ti, porque tú formaste sin ningún intermedio de tiempo su informidad. Porque siendo una cosa la materia del cielo y de la tierra y otra la forma del cielo y de la tierra, tú hiciste, sin embargo, a un tiempo las dos cosas, la materia de la nada absoluta, la forma del mundo de la materia informe, a fin de que la forma siguiese a la materia sin ninguna demora interpuesta.
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