Nada es para siempre. Debemos estar atentos, listos para el cambio, para toda circunstancia, porque la vida, es como es, no como debería ser. Todo nos fue dado, por lo tanto, nada nos pertenece, sólo nos queda gozar lo creado, y cuidarlo para el que vendrá, que es una continuación nuestra, como nosotros somos continuadores de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos y así hasta Adán, el rojo Adán, como le gustaba decir a Borges, quien cometió el peor de los pecados,... no fue feliz, se sentía perseguido por la sombra de haber sido un desdichado.
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