Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, esta carta fue encontrada en un campo de concentración nazi, conteniendo el siguiente mensaje dirigido a los maestros: "Querido maestro, soy el sobreviviente de un campo de concentración. Mis ojos han visto lo que nadie debería ver. Cámaras de gas construidas por ingenieros calificados. Niños envenenados por médicos calificados. Bebés asesinados por enfermeras calificadas. Mujeres y niños asesinados y quemados por graduados.
Así que tengo mis sospechas sobre la educación.
Mi petición es: ayuda a tus estudiantes a convertirse en humanos. Tus esfuerzos nunca deben producir monstruos entrenados o psicópatas experimentados. Leer, escribir y conocer la aritmética solo serán importantes si hacen que nuestros hijos sean más humanos. ”
Autor Anónimo
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