jueves, 29 de octubre de 2015

EL HOMBRE Y LA HORMIGA. REFLEXIÓN

EL HOMBRE Y LA HORMIGA

Un día, se fue a pique un navío con todo y sus pasajeros.

Un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de Dios, puesto que, por castigar a un solo impío, había condenado también a muchos otros inocentes.

Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó y mató a todas.

Se le apareció al momento un Ángel, y golpeándole con su caduceo, le dijo:

- Aceptarás ahora que Dios juzga a los hombres del mismo modo que tú juzgas a las hormigas.

- La diferencia que Dios ama a sus creaciones y tiene un plan de felicidad para ellas en su hogar eterno y tú por venganza matastes a todas estas hormiguitas sin ofrecerles nada mejor a cambio.

MORALEJA: Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo.

(Esta historia con su moraleja fue escrita por Jean de la Fointane).

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