martes, 6 de octubre de 2015

Salmos 131


Salmos, 131

1.Señor, mi corazón no es engreído ni mis ojos altaneros: no he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me superaran.

2.Al contrario, tranquila y en silencio he mantenido mi alma como un niño saciado que se aprieta a su madre; mi alma en mí nada reclama.

3.¡Que Israel cuente con el Señor, desde ahora y para siempre!

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