Cuando ya era mayor, un periodista le preguntó:
-Madre Teresa, usted morirá y el mundo seguirá igual de mal. ¿Por qué tanto esfuerzo?
-Ella le contestó: Nunca quise cambiar el mundo, solo ser una gota que reflejara la luz de Dios. Intenteló, ya seremos dos. ¿está casado?
-sí- le respondió él.
-pues dígaselo a su mujer. Ya seremos tres. ¿Tiene hijos?
-sí, Madre- le contestó el periodista.
-Explíqueselo, ya seremos seis.
Estamos llamados a irradiar la Luz de Dios en el mundo, empezando a quienes tenemos más cerca.
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