domingo, 31 de agosto de 2025

SU MEJOR TESTIMONIO. FACUNDO CABRAL. Transcripción Juana Macedo. 21


Aprendí también que hay un solo lenguaje y es el del corazón, yo me he podido comunicar con turcos, con chinos, con lo que quieran.

Aprendí que hay una sola raza, más allá que uno tenga algunas dilectas, como el maya, como el inca, pero hay una sola raza y es la humanidad. El Dios es uno solo, llámenle como quieran, pero es uno solo y está en todas partes, pero principalmente en tu corazón.

Gracias por esta invitación, les voy a decir lo que siempre suele decir Teresa, por favor sean felices, no ofendan al Padre con vuestra desdicha, porque es de muy poco talento sufrir, somos hijos del amor, ninguno de ustedes llegó acá por el odio, sus padres tuvieron que amarse para que ustedes nacieran, entonces para qué se nace, para la felicidad, fuera de la felicidad son todos pretextos. La lucha por una sociedad mejor tiene que ser hecha con felicidad, sino es rencor y el rencor no sirve para nada. Fue con felicidad Jesús a la cruz, seguramente se mató de la risa el Bautista cuando le iban a cortar la cabeza, porque sabía que se estaba cumpliendo algo extraordinario del que él era protagonista. Y a nosotros nos pasa igual, podemos ser protagonistas todos y ser una buena persona.

El bien se alimenta de sí mismo, el mal se destruye a sí mismo, el tumor te mata pero muere contigo, no tiene vida propia. Si no escucho al mal, sino digo el mal, seguramente no haré el mal. Una bomba hace mucho más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que en este momento están construyendo la vida. Es más creo que si los malos supieran que es buen negocio ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio. Porque en todos lados te van a esperar con amor. Muchas gracias (aplausos)

FACUNDO CABRAL
Juana Macedo.

MAMÁ TE CUIDA. Reflexión

Antes, abrazábamos a nuestros abuelitos con el corazón limpio, con la ternura que nacía del simple hecho de tenerlos cerca. No necesitábamos regalos ni dinero, porque su presencia ya era suficiente, porque sus manos arrugadas y sus palabras llenas de experiencia eran un tesoro que no se podía comprar.

Hoy parece que todo se mide en lo que dan o en lo que tienen para ofrecer, como si el amor tuviera precio. Y eso duele… porque los abuelos no deberían cargar con esa exigencia. Ellos merecen ser amados por lo que son, por la historia que guardan, por los sacrificios que hicieron y por el amor incondicional que nos entregaron desde siempre.

El verdadero regalo está en ellos: en su compañía, en sus consejos, en su mirada llena de vida. Ojalá nunca olvidemos que un abrazo sincero vale más que cualquier cosa material, y que el amor hacia los abuelos no se mide en lo que recibimos, sino en lo que damos de corazón.

mamá te cuida 

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sábado, 30 de agosto de 2025

SU MEJOR TESTIMONIO. FACUNDO CABRAL. Transcripción Juana Macedo. 20

 

El maya que sabía que ser hombre no es fácil, pues no nacemos para aumentar la confusión, sino para aclarar misterios. El maya sabía que no venimos a discutir con Dios, sino a honrarlo. Mi madre decía: “Bienaventurado el que agradece a Dios pero exige al hombre”, al hombre debo exigirle, a Dios debo aceptarle, con el hombre puedo discutir todas las cosas de mundo, todas las cosas que hacemos mal, pero con Dios ninguna. Ni siquiera que no me deje acostar para dormir, es más se lo agradezco, me tiene más despierto, tengo más horas en el día y las he utilizado muy bien.

Por eso, yo sueño también de que a lo mejor los niños que están por allá van a ver concretado otro mundo, no el mundo, el mundo es perfecto, otra sociedad humana, pero hay una sola cosa capaz de lograr ese milagro, de armonizar diferencias, macho y hembra, negro y blanco, rico y pobre, bueno y malo, grande y pequeño, mucho y poco, eso es el AMOR y ustedes lo saben bien.

Cualquiera que encuentres por ahí, me decía mi madre “es tu hermano trátalo con respeto”. Enriquécete con las diferencias y solo opina si puedes mejorar, de lo contrario has silencio. Por eso le decía hoy acá al hermano, no creo en los países para nada, yo aprendí que hay una sola religión y es el amor.,

Tal vez la voz más importante que haya traído esa condición, que le haya dado categoría a esa condición, sea Jesús, pero la religión es el amor. Hombre religioso es el que busca la verdad para compartirla.


NO TE CASES CON EL. Reflexión

— No te cases con él, hija. Con ese muchacho nunca vas a ser feliz —me dijo mi mamá en cuanto se enteró de mi decisión—. ¿Cómo van a vivir? Y lo más importante… ¿con qué? Ese hombre no gana casi nada. Va a estar en ese trabajo mediocre toda su vida y te va a traer apenas unos pesos. ¡Te vas a pasar la vida contando las monedas para llegar a fin de mes!

— Mamá, ya basta, estoy cansada. Yo lo amo. Y eso es lo que importa.

— El amor, mi reina, solo alcanza al principio. Luego viene la vida real. El día a día. Y ahí sí que se siente. Vas a salir de sus brazos, vas a ir al refri y... ¿qué va a haber? ¡Pura pasta! ¿Y arreglarte? ¿Una blusita linda, unos zapatitos, una chamarra nueva? ¿No se te antoja?

— No. Lo único que quiero es estar con él.

— Claro… ¡¿y qué te puedo meter en la cabeza ahora?!

— Pues nada, mami. Ya decidí. Me voy a casar con él.

— ¡Ajá! ¿Y la boda? ¿Con qué dinero? ¿Tienen?

— No necesitamos mucho. Vamos a firmar en el Registro Civil y luego pasamos por la iglesia.

— Hagan lo que quieran. Pero luego no vengas llorando, ¿eh?

— Está bien, mamá. Como digas.

Pasaron los años. Contra todos los pronósticos, me casé con el “muertito de hambre” —que en realidad era gerente. Al poco tiempo tuvimos una hija. Sí, a veces discutíamos. Pero nada grave. Siempre nos reconciliábamos. Los dos trabajábamos, traíamos dinero a la casa. Y para sorpresa de mi mamá… ¡nos alcanzaba para todo!

Después, mi esposo hizo unos cursos, cambió de trabajo y empezó a ganar mucho más. Pero en nuestra casa, el dinero nunca fue lo más importante. Mi hija y yo siempre tuvimos lo necesario. Ropa bonita, con buen gusto. Y mi mamá no dejaba de preguntarse: ¿cómo le hacían?

Nunca la olvidé. La visitaba seguido, le llevaba antojitos, le llevaba a su nieta. Y, a pesar de todo, yo la seguía queriendo.

— Oye, hija… siempre me he preguntado: ¿cómo le hicieron ustedes? Yo con tu papá no quise seguir desde el primer momento en que vi que no daba para más. ¡Y tu marido, que parecía igual de inútil, ahora gana bien y les tiene todo! Nomás les falta el remozado de la casa. ¿Podrán con eso?

— Pues no sé, mamá. La verdad es que estamos bien así, sin remodelación. Y ¿sabes qué? Mi papá nunca fue un inútil. Y mi esposo tampoco. Nunca lo fueron. La diferencia es que papá fue un hombre no amado. Y el mío… es un hombre amado.

Y es verdad: cuando hay amor, se puede con todo. Con amor, hasta lo más difícil se vuelve posible.

viernes, 29 de agosto de 2025

SU MEJOR TESTIMONIO. FACUNDO CABRAL. Transcripción Juana Macedo. 19

Cuando me acuesto yo veo todos nuestros niños ya dormidos, sabiendo otra vez que son parte de una familia, que no están abandonados, que es posible y puedo vivir en paz. Y me podría ir ya mismo de este mundo, ya podría hacer la mudanza, o lo que algunos incrédulos llaman muerte, porque yo he vivido, es el único requisito para tener derecho a la mudanza. Sino vas a reencarnar hasta que aprendas, a lo mejor miles de veces y la vas a pasar muy mal.




Yo les agradezco el amor que me han dado, a mí y a Alberto es un querido amigo, en este país al que amo desde mucho antes de conocerlo, porque yo siempre fui lector del Popol Vuh, del libro de los libros el Chilam Balam, siempre fueron nombres muy cercanos Totolsiu, Pacal, Chichicastenango, Shican, el Usumacinta, siempre lo fueron. Es más alguna vez hice una gira por todo el mundo un año y pico, leyendo y comentando el Popol Vuh solamente por los cinco continentes. Así que vean con que respeto y amor llego a un país que me escucha a mí, que es una gran gentileza, después de haber oído voces tan altas como las que tenían ellos


HARAS LO QUE YO DIGA.

Muchos padres creen que con esa frase ponen límites.
Pero en realidad lo que enseñan es obediencia forzada, no responsabilidad.
¿Quieres un hijo que obedezca solo porque depende de tu techo?
¿O un adolescente que aprenda a tomar decisiones porque entiende y respeta los acuerdos?
Si tu jefe te dijera: “Mientras trabajes aquí… harás lo que yo diga”, ¿te sentirías motivado o humillado?

Imponer órdenes educa esclavos del miedo.
Construir acuerdos forma hijos con criterio.
La autoridad no se demuestra con imposiciones, se construye con coherencia. Cuando un padre grita: “Harás lo que yo diga porque es mi casa”, el adolescente obedece por obligación, no por comprensión.
Cuando un padre explica, acuerda y mantiene el límite, el adolescente aprende que la libertad se gana con responsabilidad.
La educación positiva  lo confirma: los acuerdos enseñan autonomía, responsabilidad y respeto mutuo, mientras que las órdenes impositivas solo generan rebeldía o sumisión.

TESTIMONIO REAL
“Mi papá siempre me decía: ‘Mientras vivas en mi casa, harás lo que yo diga’. Obedecí… pero el día que me fui, nunca más volví a pedirle un consejo.” (Marina, 27 años)

EJEMPLO + EJERCICIO PRÁCTICO
Situación típica:
Padre: “Mientras vivas en mi casa, harás lo que yo diga.”
Hijo: obedece, pero lleno de rabia y contando los días para escapar.

Alternativa en 3 pasos (DE LA IMPOSICIÓN AL ACUERDO):
1. Define el límite: “Necesito que llegues a la hora acordada.”
2. Escucha su punto de vista: “¿Qué necesitas para poder cumplirlo?”
3. Construyan un acuerdo: “Si cumples con los horarios, tendrás más libertad. Si no, habrá consecuencias claras.”
FRASE PARA RÉCORDAR : “El orden impuesto se rompe.
El acuerdo construido permanece.”

 CONSEJO FINAL :
Educar no es someter, es formar criterio.
Los acuerdos no quitan autoridad: la fortalecen, porque enseñan a tu hijo que la responsabilidad trae libertad.

Puedes obligar a tu hijo a obedecer bajo tu techo…
pero el día que cruce la puerta, no volverá a buscar tu voz.

jueves, 28 de agosto de 2025

SU MEJOR TESTIMONIO. FACUNDO CABRAL. Transcripción Juana Macedo. 18

 

Después me dijeron hace 8 años y medio que tenía 3 meses de vida, a veces todavía me lo dicen, algunos más generosos dicen un año y también lo he podido controlar.

Estuve paralítico, total paralítico cuatro veces en los últimos 6 años. Y ciego total tres veces, y dos casi ciego. Llevo ocho años durmiendo sentado, tres horas con mucha suerte, puedo comer una vez al día. Todo ese llevar atrás el animal, me ha hecho el hombre más pleno del mundo. No hay forma cuando está metido en tu espíritu, de que suceda algo que te pueda traer dolor, desdicha, desilusión, en absoluto, es una prueba extraordinaria.

Si yo volviera a nacer, como humano, le diría: “Oye Padre quiero pasar lo mismo, pero antes. Si yo hubiese sabido esto antes, hoy seguramente, podría aliviar algún dolor de ustedes sin ninguna duda con la mínima palabra, porque estamos para eso. Por eso me gusta dar este testimonio. No crean lo que les cuentan las canciones populares, que cuando se termina un amor, el hombre ya no tiene por qué vivir. No crean que la familia es solamente Fernández o García, la familia es la humanidad.

Recuerden a San Agustín, rico no es quien más tiene, sino el que menos necesita, si tomamos lo necesario vamos a ser más libres, sino vamos a joder tanto a la comunidad. Cada uno puede llegar a donde quiere llegar porque no hay ningún límite para tu sueño, pero para vivir mejor hay que ser mejor. A mí no me va a dar el nuevo Presidente Argentino una vida mejor, me la voy a dar yo mismo, porque para eso tampoco hay límites. Si uno tiene un gran sueño, tiene que estar dispuesto a un gran sacrificio, pero no hay sacrificio cuando se trabaja por un sueño, es una felicidad.

Mi hijo con síndrome de down...Reflexión

“Mi esposo me pidió que lo abandonara cuando nació con síndrome de Down… hoy él es el que sostiene a su padre en el hospital.”

Recuerdo como si fuera ayer el día que nació Miguel. Era febrero, hacía frío, y cuando el doctor me lo puso en brazos por primera vez, lo único que sentí fue amor puro. Pero cuando vi la cara de Roberto, mi esposo, supe que algo había cambiado para siempre.

"Doctora, ¿está segura del diagnóstico?" le preguntó Roberto a la pediatra, como si las palabras 'síndrome de Down' fueran una sentencia que se pudiera apelar.

"Sí, señor. Pero quiero que sepan que con el apoyo adecuado, Miguel puede llevar una vida plena y feliz."

Roberto no dijo nada más ese día. Ni el siguiente. Ni el que siguió.

Una semana después, mientras yo cambiaba el pañal de Miguel, Roberto se sentó en la cama y pronunció las palabras que jamás pensé escuchar:

"Carmen, no puedo hacer esto. Este niño va a ser una carga toda la vida. Deberíamos... deberíamos darlo en adopción."

"¿Cómo puedes decir eso? Es nuestro hijo."

"No, Carmen. Este no es el hijo que yo quería."

Me quedé helada, con Miguel en mis brazos. "Entonces vete. Si no puedes amar a tu propio hijo, no te necesitamos."

Pero Roberto no se fue. Se quedó, aunque nunca realmente llegó. Durante los primeros años, trataba a Miguel como si fuera invisible. Cuando Miguel gateaba hacia él, Roberto se levantaba y se iba a otra habitación. Cuando Miguel intentaba abrazarlo, Roberto se apartaba.

"Papá no juega conmigo," me dijo Miguel una vez, cuando tenía cinco años. Su vocecita me partió el corazón.

"Papá está ocupado, mi amor. Pero yo siempre voy a jugar contigo."

Los años pasaron y Miguel creció convirtiéndose en el niño más dulce del mundo. Aprendió a leer, aunque le costara más trabajo. Aprendió a cocinar conmigo, siempre preguntando: "¿Mami, esto le va a gustar a papá?"

Roberto seguía tratándolo como una carga. Cuando los vecinos preguntaban por Miguel, Roberto cambiaba de tema. Cuando Miguel ganó una medalla en las olimpiadas especiales, Roberto no fue a la ceremonia.

"¿Por qué papá no vino a verme ganar?" me preguntó Miguel esa noche, con su medalla de oro brillando en su pecho.

"No lo sé, mi cielo. Pero yo estoy muy orgullosa de ti."

Pero Miguel nunca dejó de intentar ganarse el amor de su padre. Le llevaba dibujos que Roberto apenas miraba. Le preparaba el café como había aprendido conmigo, y Roberto lo tomaba sin decir gracias. Le compraba regalos con el dinero que ganaba en su trabajo de medio tiempo, y Roberto los recibía con una sonrisa forzada.

Todo cambió hace tres meses.

Roberto sufrió un derrame cerebral. Los doctores dijeron que necesitaría cuidados constantes, probablemente por el resto de su vida. Yo trabajo tiempo completo y apenas podía estar en el hospital unas horas al día.

Fue Miguel quien tomó la iniciativa.

"Mami, yo puedo cuidar a papá. Tengo tiempo libre y él me necesita."

"Miguel, cariño, es mucho trabajo. Tu papá va a necesitar ayuda para todo."

"Lo sé, mami. Pero es mi papá."

Y ahí está ahora, todos los días. Miguel llega al hospital a las ocho de la mañana y se queda hasta las ocho de la noche. Le da de comer a Roberto en la boca, cucharada por cucharada, con una paciencia infinita. Le lee el periódico, aunque Roberto no pueda responder. Le pone música que sabe que le gusta. Le hace ejercicios de rehabilitación con una dedicación que me deja sin palabras.

Ayer, cuando llegué al hospital, encontré a Roberto llorando. Era la primera vez que lo veía llorar en los veinticinco años que llevamos casados.

"¿Qué pasa, Roberto?" le pregunté, asustada.

"Carmen," me dijo con voz quebrada, "he sido un idiota toda la vida. Nuestro hijo... nuestro Miguel... es el mejor hombre que conozco."

Miguel estaba ahí, sosteniendo la mano de su papá, sonriendo como siempre sonríe.

"Yo te amo, papá," le dijo Miguel. "Siempre te he amado."

"Y yo a ti, mijo. Perdóname. Por favor, perdóname."

"Ya te perdoné hace mucho tiempo, papá."

Ahora, mientras veo a Miguel masajear las piernas de Roberto para mejorar su circulación, mientras lo veo cantar canciones para animarlo, mientras lo veo ser todo lo que un hijo debería ser y más, pienso en aquella noche hace veinticinco años cuando Roberto me dijo que nuestro hijo sería una carga.

Se equivocó completamente.

Miguel no es una carga. Miguel es un regalo. Un regalo que Roberto tardó veinticinco años en abrir, pero que finalmente está descubriendo en toda su belleza.

Y mientras Roberto aprende a caminar de nuevo, apoyado en el brazo fuerte y amoroso de su hijo, entiendo que a veces la vida nos enseña sus lecciones más importantes a través de aquellos que creíamos más vulnerables.

Miguel no solo sostiene a su padre físicamente. Lo sostiene con un amor que nunca se rindió, que nunca se cansó de esperar, que nunca dejó de creer en la posibilidad de ser correspondido.

Mi hijo, el que Roberto quería abandonar, es ahora su salvador.

Y eso, eso es lo más hermoso que he visto en mi vida.

miércoles, 27 de agosto de 2025

LO MEJOR QUE HE LEIDO EN MI VIDA.

LO MEJOR QUE LEIDO EN MI VIDA.  Un águila aconsejó a una mujer sobre la mejor forma de criar a los hijos. 
—¿Estás bien, madre humana? —preguntó el águila.
` La mujer, sorprendida, la miró fijamente.
—Tengo miedo, mi bebé está por nacer y tengo tantas dudas. Quiero darle lo mejor, quiero que su vida sea fácil y bonita, pero ¿Cómo sabré si lo estoy criando bien?

` El águila observó a la mujer y se posó cerca de ella.

—Criar a un hijo no es fácil. No es cuestión de que todo sea cómodo. De hecho, es todo lo contrario. Cuando mis aguiluchos nacen, el nido está lleno de plumas y hierbas suaves, tienen un lugar donde pueden descansar, donde se sienten seguros. Pero cuando llega el momento en que deben aprender a valerse por sí mismos, saco todo eso. Solo dejo las espinas.

La mujer frunció el ceño, confundida.

—¿Espinas? ¿Por qué hacerlo tan difícil?

El águila la miró con seriedad.

—Porque las espinas incomodan. Y esa incomodidad es necesaria. Ellos no se quedan allí esperando que todo les sea servido. Las espinas los obligan a buscar un mejor lugar, a crecer. La comodidad no les enseña nada.

La mujer pensó en las palabras del águila, pero aún tenía dudas.
—¿Y qué haces cuando caen? —preguntó, intrigada.

El águila respondió:

—Los lanzo al aire. Al principio, caen porque el viento les gana, pero yo los rescato. Los levanto con mis garras y los lanzo de nuevo. Una y otra vez, hasta que aprenden a volar por sí mismos. ¿Sabes qué hago después? Los dejo ir. Ya no los ayudo más.

La mujer la miró, con los ojos abiertos, sin entender por completo.

—No solapo la dependencia —continuó el águila—. "Mis hijos deben aprender a volar, deben aprender a ser fuertes por sí mismos". 'La vida no se trata de mantenerlos en un nido suave y seguro todo el tiempo. Si los cuido demasiado, si los mantengo en mi nido por siempre, no les estaré enseñando nada' Ellos deben encontrar su camino, y sé que lo harán.

La mujer, mirando al águila, respiró profundo.

—Entonces, ¿debo dejar que mi hijo sufra un poco? —dijo la mujer, un poco temerosa.

El águila asintió.

—No es sufrir. Es aprender. Y aunque te duela, madre humana, lo mejor que puedes hacer es enseñarle a ser fuerte. No lo retengas, no lo apapaches todo el tiempo. Hazlo volar.

La mujer asintió, acarició su vientre, miró al águila por un largo momento y luego, con una sonrisa, se despidió del ave.

—Gracias, madre águila —susurró, mientras se alejaba—. Tus consejos son muy valiosos.

La mujer siguió su camino, dispuesta a ser la madre que su hijo necesitaba: firme, valiente, una madre que le  enseñe a volar.

Si quieres que tu hijo vuele alto… No lo hagas todo por él. No lo mantengas en un nido de comodidad. Las águilas empujan a sus crías fuera del nido, las dejan enfrentarse a las espinas, porque saben que solo así aprenderán a volar.

No tengas miedo de verlos caer. Tú, como el águila, estarás ahí para levantarlos, pero no los mantengas bajo tu ala por siempre. Déjalos enfrentar el viento. Déjalos aprender a ser fuertes.
El amor verdadero no es protegerlos de todo, "es enseñarles a volar, aunque eso signifique dejar que caigan"  'Déjalos encontrar su camino, incluso si tropiezan en el proceso'.

ESTUVO EN COMA POR 12 AÑOS

Martin Pistorius tenía solo 12 años cuando su vida cambió para siempre.
Un día estaba bien, y al poco tiempo, su cuerpo simplemente dejó de responder. Los médicos dijeron que era un resfriado, pero no… era algo mucho peor: meningitis criptocócica y tuberculosis cerebral.

En cuestión de semanas perdió la voz, el movimiento y hasta la capacidad de hacer contacto visual. Lo declararon en estado vegetativo permanente. Su familia, devastada, recibió la peor noticia: “No hay nada más que hacer”.

Pero Martin sí estaba ahí, su mente estaba despierta.
A los 14, empezó a recuperar la conciencia, pero su cuerpo seguía siendo una prisión. Veía, oía, entendía todo… pero nadie lo sabía. Pasaron años así, atrapado y sin poder gritar que seguía vivo.

Recuerda momentos que marcaron su alma, como cuando, con todo su esfuerzo, trató de mover un brazo para llamar la atención de su papá, pero lo único que logró fue acelerar su respiración. Lamentablemente su padre no lo notó y siguió con su rutina...

Pero el momento más doloroso llegó cuando escuchó a su propia madre decirle, con el corazón roto:
"Espero que te mu*ras."

Pero no fue por crueldad, fue por desesperación. Era el dolor de una madre que había cuidado de su hijo por más de una década sin señales de mejora. Martin la escuchó… y en vez de odiarla, la entendió, porque él también quería que ese sufrimiento terminara.

Y fue justo después de eso que algo cambió...

Una terapeuta llamada Virna llegó a su vida, y notó lo que nadie más había visto: que sus ojos hablaban y que su mente estaba allí. Fue así como le hicieron más pruebas y se confirmó efectivamente que Martin estaba consciente. 

Gracias a ello, con el paso de los años aprendió a comunicarse con una computadora especial, recuperó un poco de movimiento, estudió informática, escribió un libro y hasta encontró el amor en Joanna, una trabajadora social con quien hoy tiene una familia.

En la actualidad, Martin tiene 49 años, es esposo, padre, escritor, y un símbolo viviente de lo que significa resistir, incluso cuando todo parece perdido.

Nunca subestimes el poder de la conciencia humana, ni des por perdido a quien no puede hablar o moverse.
Incluso en el más absoluto silencio, puede haber una mente despierta y un alma luchando por ser escuchada.

Este caso nos recuerda que la empatía, la paciencia y la esperanza pueden cambiar destinos. Y que, a veces, las mayores batallas se libran en silencio… por dentro.

martes, 26 de agosto de 2025

LA ANCIANA. Reflexión

Todos se reían de la anciana... hasta que salió el cirujano y pronunció unas palabras que hicieron callar a toda la sala.

La sala de espera del hospital estaba llena de murmullos y nerviosismo. Se escuchaban pasos, hojas que se movían, pitidos de máquinas, conversaciones entrecortadas. Unos familiares susurraban, otros guardaban silencio mirando al suelo o a la pantalla del móvil. El aire estaba cargado de esa tensión que solo existe cuando, tras unas puertas, se juega la vida de alguien.

En el rincón más apartado estaba sentada una anciana. Su abrigo estaba gastado, los puños deshilachados y en los pies llevaba zapatos distintos: uno negro y otro marrón. Sujetaba con fuerza un viejo bolso de cuero, como si en él guardara todo su mundo. No hablaba con nadie, no molestaba, pero atraía miradas.

Algunos se reían con disimulo.
-Seguramente se ha perdido, -murmuró una mujer a su marido.
-O viene a por el café gratis, -rió él.

Unas chicas jóvenes cuchicheaban imitándola, y hasta algunas enfermeras intercambiaban miradas.

Una enfermera más joven se acercó y le preguntó con voz suave:
-Abuelita, ¿está segura de que tiene que estar aquí? ¿Quiere que le ayude a encontrar el servicio o la sala correcta?

La mujer levantó la vista. Sus ojos eran claros, profundos, llenos de años y de historias. Sonrió y respondió con calma:
-Sí, hija. Estoy justo donde debo estar.

Las horas pasaban lentas. La anciana miraba de vez en cuando las puertas dobles de quirófano. Esperaba. Tranquila, paciente, como alguien que ha esperado toda su vida.

A las 15:12 las puertas se abrieron. Un cirujano salió con la mascarilla colgando de una oreja, el cabello revuelto, el rostro cansado. Observó la sala y caminó directo hacia aquella mujer.

El silencio se hizo.

Puso una mano sobre su hombro y dijo en voz alta:
-¿Quiere contarles quién es usted para mí?

Ella se levantó despacio. Su voz era baja, pero firme:
-Me llamo Carmen Álvarez. Hace muchos años tenía una pequeña panadería en Lavapiés. Nunca me casé, nunca tuve hijos propios. Pero había un niño… venía siempre, con hambre, sin padre y con una madre agotada. Primero le daba restos de pan, luego le dejaba ayudar para que ganara unas monedas. Un día descubrí que apenas sabía leer, y lo empecé a enseñar. Y cuando su madre falleció, hice todo lo posible para que no abandonara la escuela.

El cirujano dio un paso adelante y dijo:
-Ese niño era yo.

Un murmullo recorrió la sala.

-Hoy soy jefe de cirugía cardíaca en este hospital, -continuó-. Pero quizá no estaría aquí si no fuera por ella. Ella creyó en mí cuando nadie lo hacía.

Su voz se quebró al añadir:
-Hoy realicé mi operación número mil. Y le dije a mi equipo que no quería celebrarlo con periodistas ni con colegas, sino solo con una persona. Con la mujer que me enseñó la bondad y me dio esperanza.

Primero fue un aplauso tímido, después más fuerte, y en pocos segundos toda la sala estaba de pie aplaudiendo. Los que antes se habían burlado de la anciana agachaban la cabeza avergonzados.

El doctor tomó la mano de Carmen y sonrió:
-He reservado una mesa en la cafetería del hospital. ¿Brindamos con un trozo de tarta de chocolate?

Ella sonrió de verdad por primera vez en todo el día:
-Solo si es de chocolate.

Se fueron juntos, de la mano. Y entonces todos se levantaron, no por cortesía, sino por respeto.

Créditos a quién corresponda 
Historias de vida

FACUNDO CABRAL. SU MEJOR TESTIMONIO, (Transcripción Juana Macedo). 17

 

El amor hace que uno tome lo malo con gracia y que no discuta aquello con lo que no está de acuerdo y que sigas dando amor, es la otra mejilla. El amor nunca pide, el amor es dar, nunca se agota… Y me la llevé, eran las 10 de la mañana, ya me la llevé conmigo, te alquilan… te dan la ropa hasta acá…, hasta donde llega la foto, el smoking, el vestido de novia hasta acá, para la foto es, eh… (risas) porque fue el primer lugar, ella sabía que Dios la había puesto para mí, yo también sabía, entonces estaba tan claro no… que en cualquier lugar nos metimos y nos casamos.

Después nos dijeron que no era del todo legal y que había que hacer… bahh, nos casamos en Las Vegas y pagamos 15 dólares más y nos tiraron arroz y nos cantaron una canción lamentable… (risas). Y tuvimos una hija maravillosa, un año y pico después, bella como ella.

Yo les decía al principio, que cuando conocí a mi mujer, ella estaba tapada de whisky y de droga y era modelo de esas revistas. Sin que nos diéramos cuenta ninguno de los dos, empezó a caminar el mundo conmigo, China, la India, Japón, este… bueno ya sabes, Tierra Santa dos veces, con ella fui, una Noche Buena de Belén que canté. Empezó a conocer otro mundo y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, había salido en 6 meses de la droga y del alcohol, así…!chuhhhh! solita. Tuvimos una hija muy bella y un día yo perdí un avión y el avión se cayó con las dos y cambiaron de lugar, se mudaron, porque lo que nosotros le llamamos muerte es mudanza, porque ahora yo lo sé esto, conmigo, sino yo tendría que salir corriendo a buscar otra mujer, no se queda acá, mi hija tenía 6 meses, cuando el accidente. Yo perdí ese avión iba de los Ángeles a Chicago y yo venía de Boston de cantar en Harvard y perdí la conexión… y fue otra prueba de Él.

Me sacó a mi mujer y a mi hija, por dos razones: Primero para que sepa que el amor es invicto y que no es solamente lo que se toca y lo que se ve, eso lo aprendí ahora, como puedo decir: que mi madre está ahora hablando con ustedes aquí, se supone que Jesús murió hace 1994 años, no conozco un ser humano más vivo en el planeta… (aplausos) Hay gente que todavía…(aplausos)

Y la segunda razón que yo la sospecho, y la sospecha Teresa y la sospechaba krishnamurti y también la sospecha el Sai Baba que es un gran amigo, es que cuando Dios quiere que trabajes para Él es full time y me dijo: Vas a trajinar exclusivamente el espíritu y tal vez el intelecto como una herramienta y olvídate del resto. Cuando el animal se queda atrás, escuchás más que nunca al espíritu, ahora entiendo la abstinencia, ahora sí. Ahora sé que toda esa energía, toda esa lívido se va al espíritu y eso lo saben los hombres mayores de edad y los religiosos, los que han entregado su vida al Padre.

Eso fue el 12 de Junio de 1978, esto del accidente, de la mudanza. Me encontré en Los Ángeles a los dos días con dos cajas de metal con las cenizas de las dos y empezó todo de nuevo.


lunes, 25 de agosto de 2025

EL PESO DEL RENCOR. Reflexión

EL PESO DEL RENCOR

Érase una vez una hormiga que iba canturreando cargada con un enorme fruto silvestre cuando un escarabajo le cerró el paso riéndose de su carga y de su trabajo. No era la primera vez que lo hacía. La hormiga no le hizo caso, bordeó al escarabajo y siguió andando. 

Días después, el escarabajo quedó atrapado en la resina pegajosa de un árbol y pidió ayuda. Algunos animales, que habían sido víctimas de sus burlas y sus malos modales, no se acercaron. La hormiga, sin embargo, le tendió una larga brizna de hierba y el escarabajo pudo librarse de la resina. Agradecido, el insecto le preguntó por qué lo había ayudado si siempre se burlaba de las cargas pesadas que la hormiga llevaba. 

Entonces, esta respondió: «Puedo cargar hasta 20 veces mi propio peso, pero hay una carga demasiado pesada para mí que no puedo ni quiero cargar: el rencor. Por eso intento que este jamás se quede sobre mi espalda, pues la necesito para transportar cosas que son muy importantes para mi supervivencia». El escarabajo, muy avergonzado, cambió su actitud a partir de entonces.

Recuerda siempre que guardar rencor es como agarrar un carbón ardiendo y resistirse a no soltarlo. El único que se quema eres tú. 
Suelto, libero y sano con amor.
Créditos a su autor.

FACUNDO CABRAL. SU MEJOR TESTIMONIO, (Transcripción Juana Macedo). 16

 

Faltaba que llegara la mujer de mi vida, era previsible, yo vi que me daba tantas cosas, que dije: caramba creo que el Padre hasta debe tener una mujer para mí y la tenía, porque cuando te da, te da todo. Nunca es la mitad, ni un tanto por ciento, ni a pagar, no, no, el único deber que debemos tener con lo que nos da, es vivirlo y cuidarlo porque atrás viene otro. Gozá la flor donde está, no la cortes, no la mates, porque otro viene a gozar de esa flor. Los chinos dicen cuida los escalones de la escalera por la que subes, porque por los mismos escalones descenderás, cuidado con eso, siempre.

Un día estaba tomando café en San José de Costa Rica, donde vamos esta tarde y había una gringa al lado (no sé como le llaman ustedes) una norteamericana, una gringa, la mujer más bella que vi en mi vida, este… que fue otro milagro. Mi mujer… cuando yo la conocí a ella, quince días atrás había sido portada de Playboy y una foto de ella desnuda mostrando su belleza porque pensaban que era de ella, ella pensaba que su belleza era obra de ella y estaba hasta la cabeza con la droga. El amor es extraordinario, el amor no anda buscando situaciones ideales, uno ama, no sabés por qué?

Mi madre me decía: No busques a tu mujer, porque Dios te la va a poner ahí. Vas a saber que es tu mujer. No sé cómo se sabe eso, porque yo hablaba poco inglés y ella nada de español. Estaba sentado al lado y le dije: “Oye tu eres mi mujer” (aplausos y risas) Y ella lo sabía, ese es Dios.

Yo estoy seguro que le pongo otra ropa a la Madre Teresa y la siento por aquí y hasta el último que entre, sabrá que esa es Teresa, hay una luz, no sé qué es. Yo me imagino cómo habrá visto el bautista a Jesús, hasta sospecho cómo se dio cuenta, más allá de que después la paloma en el hombro… estoy seguro, porque hay una cosa, uno sabe.

Y ella me dijo: “Si soy tu mujer”, extraordinario, yo tenía 40 años, ella 20, parecía la canción de José, se lo conté un día a José, es un gran amigo, y se puso a llorar, se emocionó mucho, casi es nuestra esa canción, pero lo que diferencia es que nosotros fuimos muy felices, no había pleito con eso.

Y estaban los padres azorados ahí, a mí me costó mucho hablar en inglés esa frase “sos mi mujer”, me presentó a los padres y le dije: Bueno despídete de ellos no? Y se despidió. Hoy, pero vean lo que es la vida, que maravilla, yo me fui de aquí, te acuerdas? Cuando yo me fui de aquí, después de estar aquí trabajando, al otro día que me fui de aquí la conozco, y ahora me voy también para allá, y voy a pasar en el auto frente al hotel donde yo la conocí, hasta llegar al centro de la ciudad, con felicidad, porque cuidado lo que uno amó nunca muere, sino no es amor, nunca muere, y no depende de lo que te dé y como actúe, eso es el amor, eso es extraordinario...

domingo, 24 de agosto de 2025

TRIBUTO Y HOMENAJE A FACUNDO CABRAL -16

 


¿La televisión es un mal?

No, es un medio maravilloso, pero suele estar en manos de cualquiera, un medio tan maravilloso que este todos los días al servicio de los políticos parece un suicidio. Sabes que es escuchar todos los días a Graciela Mejía, al chacho Alvares, todos los días a Menen pidiendo perdón, hablando y disculpándose, todos los días cuando sabés lo que poden mostrar ahí? Un mundo de 5 continentes extraordinario en una galaxia increíble, en un universo infinito y que estás viendo ahí?  Eso es lo que ves, todos los días, todas las noches o no? Sale un campesino a contar como le fue en su cosecha o cómo fue su día? habla un carpintero en la televisión?, una hermana contando como se cuida a un tuberculoso en San Juan?,

Mi madre decía hay ciudadanos que por escapar del  aburrimiento de la familia, llegan a la presidencia del país. Son desocupados no tienen nada que vivir entonces se meten a la casa de gobierno, por eso no hay solución. Hay más vida en la mona Jiménez un hombre feliz que canta, y todo es mundo está, por lo visto muy contento hace muchos años, ese tipo tiene que ver con la vida, yo estuve en un baile de él, y vi la gente, él hacía así y bailaban todos para allá, después hacia así y bailaban todos para acá, después él me invitó al escenario y esa misma gente me escucho, esto que estamos hablando, cosas parecidas, con el mismo fervor, tiene que ver con la alegría, por eso es un éxito. Tiene que ver con su comunidad con su pueblo, son parte de eso no es un éxito armado, hay más vida ahí que todos los proyectos que presenten en el Senado, cuando vos tenés un pueblo contento y feliz todo funciona.

FC/jmp

FACUNDO CABRAL. SU MEJOR TESTIMONIO, (Transcripción Juana Macedo). 15

Usted sabe que hay aviones, que subo a un avión y me aplauden en el avión y no lo tomen como vanidad, y voy a un restaurant y me aplauden en el restaurant, ¡pero no me aplauden a mí, aplauden mi felicidad! Y esa felicidad es Él, porque no hay otra, las otras son muy pasajeras, la felicidad depende de cosas eternas, si yo soy feliz por una causa, por otra causa dejo de serlo, pero la paz se queda para siempre, es la única causa de poder vivenciar esta vida y de gozarla y de ser útil y de enfrentar los peligros que hay en esta vida, porque siempre te da una chance.
Mi padre es mi amigo. Noventa y dos años, hace un mes cumplió, mi padre conoció a Jesús por mí, él solo sabía quedarse con el dinero de la gente, de la manera que fuere, es un hombre muy rico económicamente, aprendió a hablar con la mucama, aprendió a pedir “un café por favor”, aprendió a vivir con los que no tienen, lo que él tiene. Y recién ahora se da cuenta, que todo lo que tuvo, lo tuvo a él, porque fue un esclavo cuidando esas cosas. Y ahora está en plena libertad en su vejez.


EN LA TRANQUILIDAD HAY SALUD...

ABUELO. Reflexión

“Abuelo, ¿por qué marcas a tu propio número todos los días?”
El nieto veía a su abuelo hacer algo extraño cada mañana.

Se sentaba en su sillón, tomaba el teléfono antiguo, y marcaba… su propio número.

Lo dejaba sonar unas cuantas veces… y luego colgaba.

—¿Abuelo, por qué haces eso? —preguntó un día, intrigado.

El anciano sonrió con tristeza.

—Porque cuando tu abuela vivía… solía llamarme todos los días a esta hora.
Y aunque sé que ya no va a contestar nadie… marcar el número me hace sentir que todavía la estoy esperando.

El niño se quedó callado.
Y al día siguiente, sin que el abuelo lo supiera, llamó al teléfono de la casa justo a esa hora.

El abuelo levantó el auricular, temblando…
Y del otro lado, escuchó la voz más dulce del mundo:

—Hola, abuelito… solo quería que supieras que todavía hay alguien que piensa en ti a esta hora.

A veces, el amor no muere… solo cambia de voz.
Y lo único que necesita para revivir… es una llamada.

sábado, 23 de agosto de 2025

Algo que tenga más valor que añ dinero.

El ataúd.


Toda la familia en México se quedó sorprendida cuando llegó de Miami un ataúd con el cadáver de una tía muy querida. El cuerpo estaba todo apretado en el cajón conla cara aplastada contra el cristal de la tapa.
Al abrir el cajón, la familia encontró una carta prendida a la ropa con una aguja que decía:
Queridos Papá y Mamá:
Estoy enviando el cuerpo de Tía Jimena, para que hagan el entierro en México, tal como ella quería; disculpen por no poder acompañarla pero los gastos fueron muchos, con todas las cosas que aprovechando las circunstancias les estoy enviando.
Abajo de la tía, en el fondo del ataúd, encontrarán:
12 latas de atún
12 botellas de acondicionador
12 de shampoo Pantene anticaspa
12 frascos de Vaseline Intensive care (bueno para la piel, NO sirve para cocinar)
12 tubos de crema dental Colgate
12 cepillos de dientes
12 latas de frijoles Span (españolas, de las mejores)
4 latas de chorizos (de verdad)
Dividan con la familia, (¡¡¡¡¡¡ SIN PELEAS !!!!!!)
En los pies de Tía Jimena están:
1 par de tenis Reebok nuevos talla 9, son para Juan (pues con el cadáver del tio Esteban no le mandamos nada y se quedó enojado).
En su cabeza hay:
4 pares de calcetines nuevos para los hijos de Antonio, son de diferentes colores; de nuevo por favor (SIN PELEAS)
Tía Jimena está vestida con:
12 sudaderas Ralph Lauren, una para Robertito y las otras para tus hijos y nietos.
Ella también lleva:
12 sostenes Wonder Bra, dividan entre las mujeres, igual que las 20 botellitas de esmalte para uñas Cover Girl que están en las esquinas del ataúd.
Tía también lleva puestos:
9 pantalones Dockers y 3 Levis. Papi: quédese con 3 y les regala los otros a mis hermanos.El reloj Seiko que papá me pidió, lo lleva puesto en la muñeca izquierda; también usa los aretes, pulseras y anillos que mamá quería y me pidió.
La cadena en el cuello es para mi prima Carlota; los 8 pares de medias Channel son para repartir con mis amigas y las vecinas, o si quieren pueden venderlas, (POR FAVOR, no las vendan baratas, que son de las caras).
La dentadura que le pusimos es para la Abuela que hace años está sin dientes y no puede masticar.
Los lentes bifocales son para Alfredito, pues son del mismo grado que el usa; también es para el la gorra del equipo de baseball de los Orioles que lleva puesta.
Los aparatos para la sordera que usa la tía, son para la tía Carola; no son exactamente los que necesita, porque son de segunda mano, los nuevos están carísimos.
Los ojos de tía no son de verdad, son lentes de contacto, quítenselos ya que son de Marcela, se los debía desde su fiesta de quince años.
En los dedos de los pies, van los anillos de oro para el casamiento de Josefina, para que este súper hermosa ese día.
Espero que nadie se queje esta vez.
Con mucho amor,
María Dolores.
PD: Por favor consigan ropa viejita para vestir a la tía y manden a decir una misa para el descanso de su alma.
Como verán el cajón es de muy buena madera, no agarra termitas, desháganlo y hagan las patas de la cama de mamá y cómprenle un cajón de los baratos, pues a la tía le gustaban las cosas sencillas.
Saquen el cristal del ataúd y arreglen el portarretratos de la abuela que está roto hace años.
Con el forro del cajón, que es de satín blanco de 20 dólares la yarda, Josefina puede hacerse su vestido de novia.
En los bolsillos de la tía encontrarán una bolsa de comida para cachorro es para el querido firulais.
Me despido contándoles que con la muerte de Tía Jimena, la Tía Blanca se quedo muy triste y enferma; creo que pronto les estaré mandando más cositas. Bye.

 FOMENTEMOS LA LECTURA 

viernes, 22 de agosto de 2025

LA MUJER QUE NO HABLABA

Había una vez una mujer que ya no hablaba.

No porque no pudiera, sino porque nadie la escuchaba de verdad.
Cada vez que intentaba contar su dolor, el mundo le devolvía consejos vacíos, frases hechas o, peor aún, silencio.

Así que, un día, dejó de hablar. Y empezó a plantar silencios.
Los sembraba como semillas: una por cada desilusión, una por cada puerta cerrada, una por cada “eres demasiado sensible”, “estás exagerando”, “hay problemas más grandes que los tuyos”.

Y esos silencios, increíblemente, empezaron a crecer.
En su jardín secreto nacieron árboles de comprensión, flores de fuerza interior, raíces profundas de resiliencia.
Porque en esos silencios no encontraba solo paz: se encontraba a sí misma.
Eran horas en las que nadie podía tocarla ni herirla más.
Y mientras el mundo seguía corriendo, distraído, ella permanecía ahí.. sola, sí, pero entera.

No estaba huyendo. No se escondía.
Dentro de esos silencios aprendía a mirarse de frente, a sentirse viva incluso cuando dolía.
Había entendido que nadie llenaría ese vacío.
Y que, tal vez, ese vacío era el espacio que necesitaba para dejar crecer raíces que fueran solo suyas.
No había nadie para salvarla, pero ya no necesitaba ser salvada.
El dolor ya no era un enemigo, se había vuelto tierra fértil para aprender a florecer sola.

Un día, una niña se acercó a su jardín. No dijo nada. Se sentó a su lado, en silencio.
Y en ese silencio, la mujer se sintió, por fin, escuchada..no porque alguien cerrara su herida, sino porque alguien se quedó, sin miedo de mirarla tal como era.

Porque a veces no hace falta que alguien llene el vacío: basta con que se quede cerca, sin palabras.
Y desde ese día, su jardín nunca más estuvo solo.. pero sus raíces siguieron firmes y fuertes, porque eran suyas, y de nadie más.

jueves, 21 de agosto de 2025

EN LA VEJEZ. Reflexión

Esto es lo más caro en la vejez.
En la vejez, lo más caro no es un medicamento, no es una operación ni un bastón. Lo más caro es el silencio… ese silencio frío, pesado, que no se oye con los oídos, pero que golpea el alma. Es el silencio que llega cuando los hijos no llaman, no escriben, no visitan; cuando el teléfono se convierte en un objeto mudo y la casa, que alguna vez fue un refugio lleno de risas, ahora solo escucha el tic-tac implacable de un reloj que parece marcar la soledad.
Ese vacío no se llena con dinero ni se cura con pastillas. Es un dolor invisible, pero constante, que no sangra por fuera, pero desgasta por dentro. Y lo más doloroso no es la soledad en sí… es el recuerdo. Es saber que un día entregaste todo: desvelos por una fiebre, trabajo extra para que no faltara el pan, paciencia infinita para enseñar a caminar, a hablar, a soñar. Es recordar que diste amor sin condiciones, y que hoy, en pago, no llega ni un "¿Cómo estás?", ni un "Te extraño".
Muchos padres envejecen mirando por la ventana, esperando una visita que nunca llega. Algunos inventan excusas para justificar la ausencia de sus hijos: "Están ocupados", "Tienen su vida", "Seguro vienen el domingo". Pero los domingos pasan… y el sillón sigue vacío.
Y entonces, cuando la muerte finalmente llega y el cuerpo ya descansa en silencio, aparecen todos. Aparecen con flores costosas, palabras bonitas, lágrimas sinceras o fingidas, y un arrepentimiento que ya no puede reparar nada. Porque el amor que no se da en vida se convierte en deuda eterna, y el tiempo que no se entrega se convierte en culpa.
No esperes el ataúd para estar presente.
No uses la excusa del trabajo, de la distancia o del “después”. El después muchas veces nunca llega. Ve hoy, llama hoy, abraza hoy. Escucha esas historias que ya conoces de memoria, pero que tus padres necesitan contarte una vez más.
Porque el amor más valioso no es el que se pronuncia en un funeral, sino el que se entrega mientras el corazón del otro aún late para sentirlo. Y ese, si lo das a tiempo, no tiene precio… pero si lo dejas pasar, se convierte en la deuda más cara de tu vida.

FACUNDO CABRAL. SU MEJOR TESTIMONIO, (Transcripción Juana Macedo). 14

 

Caminé el mundo a derecha e izquierda, arriba y abajo, lo que quieran, por eso decía 164 países caminados y estuve en la guerra de Vietnám, en Biafra, en Camboya, en l, a Plaza hotel de Manhattan, en todos lados, tengo el orgullo de decir, esto si te digo con orgullo, saludable, pero orgullo al fin, en este caso es un pecado, de decir que la Madre Teresa me llama colega, a mí que quería matar a mi padre, vean los cambios.

Por supuesto que desapareció el odio a mi padre sin que me diera cuenta, hace 11 años cuando yo tenía 46 años lo conocí, pasaron muchos años, hace 11 años atrás termino de cantar en la misma ciudad donde yo debuté en Mar de Plata y me estaba esperando mi padre en el Hall del Teatro, hoy es mi amigo, tiene 92 años.

No solo esto, al otro día, cuando me invitó a comer a su casa, le dije: Yo estoy muy contento de conocerte, porque debo tener un respeto y un gran amor por tí, porque Dios te junto con mi madre para que yo gozara el Nilo, el suma inca, para que yo conociera el Popol Vuh, si no hubiese nacido? para que yo caminara chicago, Ámsterdam o cruzara Pompeya o Calcuta con la Madre, pero fíjate, quiero ser honesto, mucho más que conocerte, lo que más alegría me da, es que me quedé sin enemigos, porque eras el último enemigo que me quedaba y cuando uno se queda sin enemigos, la vida créanlo es una fiesta, yo vivo de fiesta en fiesta, hoy vamos a San José y me espera gente que me ama y gente que sabe que voy porque los amo y después voy a México y es una fiesta, si desde el aeropuerto me lo dicen, desde el avión me lo están diciendo.

TU HIJO SE MARCHITA..

Tu hijo se marchita cuando tu amor no se refleja en lo que haces cada día.
Le dices que lo respetas… pero lo corriges con gritos.
Le pides que confíe… pero lo interrumpes con enojo.
Le hablas de amor… pero lo lastimas con frases que se le clavan en el pecho.
Y cada vez que la corrección viene con grito, sin afecto y la norma sin coherencia,
su autoestima se quiebra. Su confianza se agrieta.
Y lo que debería educar… termina doliendo.
Una planta no crece con gritos. Y un hijo no florece si lo corriges desde el juicio.
Corregir con afecto y coherencia es lo que verdaderamente educa.
Ejemplo con ejercicio real:
Una tarde, Mariana, madre de Joaquín (15), entró al cuarto y encontró todo desordenado otra vez.
Sintió la rabia subir. Estaba a punto de explotar.
Pero respiró profundo.
Y no gritó. No criticó.
No ofendió. Y sobre todo, no avergonzó a su hijo.
Salió de la habitación, fue a la cocina, agarró una hoja y escribió:
“Tu cuarto no está ordenado. Acordamos que si eso pasaba, hoy no hay videojuegos. Mañana puedes recuperarlo. Estoy para ayudarte si lo necesitas.”
Dejó la nota sobre el control de la consola. No dijo una sola palabra más.
Esa noche, Joaquín salió, incómodo, pero no discutió.
Y por primera vez en semanas… ordenó su cuarto sin que nadie se lo pidiera.
Mariana no gritó.
Pero su coherencia habló más fuerte.
Explicación del ejercicio:
No es lo que corriges… es cómo lo haces.
Si tu hijo recibe solo dureza, su corazón se endurece.
Pero si lo mirás con afecto antes de corregir, su mente se abre al aprendizaje.
Preguntate antes de hablar:
¿Esto lo estoy enseñando con mi ejemplo?
¿Estoy siendo coherente con lo que quiero formar?
Frase práctica para el día a día: “No solo quiero que me escuches. Quiero que me creas. Por eso voy a empezar por mostrarlo.”
La corrección sin afecto, y sin coherencia, pesa más de lo que imaginas.
Pero cada vez que corriges con respeto, y sostienes lo que dices con amor firme…
Tu hijo no se rompe. Se fortalece. No se marchita. Florece.
Una planta al igual  que tu hijo, no se marchita por falta de discursos…
Se marchita por falta de cuidado verdadero.
Hoy, puedes empezar a regarlo distinto.

Créditos a su autora.

martes, 19 de agosto de 2025

Mi padre...

- Hola papi ¿cómo estás?
- Hola mi bebé, bien, aquí en la chamba ¿y ustedes?
- Bien papi, solo que se nos acabó el gas y queríamos pedirte para el gas, solo que lo traen hasta mañana y por mientas a ver si nos puedes comprar una pizza o algo, ¿sí papi? Bueno si traes dinero
- Sí Mijo, sí traigo. Y si les mando $500, $300 para el gas y $200 para que compren algo para comer ¿sí?
- ¡¡¡Sí, papi!!! pero no te quedes sin dinero, eh
- Claro que no, deja voy a depositarles, cuídense mucho, este fin de mes termina el contrato y voy a poder verlos, yo los amo y los extraño mucho...

Y es ahí cuando sabes que te la vas a tener que rifar 3 o 4 días con 200 pesos.

Y es ahí cuando, sin que tus hijos sepan que tú, como sostén de la casa, te vas a quedar sin comer para que ellos coman.

Y es ahí cuando les demustras que amas a tus hijos, a tu familia y tratas de darles todo.

Y es ahí cuando sabes que no puedes darte el lujo de malgastar el dinero sabiendo que en tu casa hace mucha falta...

Pero pocos entenderán....

Si mi teoría de la relatividad...

 


EL POZO DE AGUA.

— Le vendí el pozo, maestro… pero el agua que está dentro todavía es mía. Si quiere usarla tendrá que pagar un poco más — dijo el joven abogado con una sonrisa astuta.
El maestro lo miró con serenidad, como quien ya ha visto pasar muchas vidas…
y respondió con calma:
— Qué curioso. Justo iba a buscarlo para decirle que debe retirar su agua de MI pozo. Porque si mañana sigue ahí… tendré que cobrarle un pequeño alquiler.
El abogado se quedó en silencio. Le tembló la sonrisa.
Y de pronto soltó una risa nerviosa:
— Jajaja… tranquilo, maestro… era solo una broma.
El maestro también sonrió… pero con esa sonrisa que enseña más que mil libros:
— Lo sé. Por eso personas como usted terminan siendo abogados, después de estudiar con nosotros.
Hay lecciones que no se dan en un salón de clases.
Se dan en la vida.
Y solo quienes mantienen intacta su dignidad pueden enseñarlas.
Hoy más que nunca: ¡honor a los maestros que nos forman con el ejemplo!

lunes, 18 de agosto de 2025

Si usted piensa que es demasiado pequeño...

 


No podría definirme como ateo...

 


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.

 


LA CADENA DE ORO.

Una mujer, para el cumpleaños de su mejor amiga, le regaló una cadena de oro. Se gastó todo su sueldo; y la verdad, no ganaba mucho.

Pues sí, la compró y se la dio con mucho cariño. Muy pronto en la fábrica donde ambas trabajaban todas se enteraron del regalo. Y empezaron las críticas: que cómo era posible gastar tanto dinero en una amiga, que exageraba, que eso no se hacía. Incluso una compañera se atrevió a decirle en público:
—Oye, ¿y qué te dio ella a cambio? ¿Qué ha hecho como para que la bañes en oro?

Oly, tranquila, contestó con pocas palabras:
—Me dio unos tamales.

Todas se rieron y preguntaron con ironía:
—¿Tamales? ¿Y eso amerita una joya de oro?

Entonces Oly explicó:
—Cuando estuve internada en el hospital, muy grave, sin poder comer nada, ella me llamaba a diario para preguntarme qué se me antojaba. Un día, sin pensarlo, le dije “unos tamales de rajas con queso”. No sé ni por qué, así nomás lo solté. Y ¿qué creen? Mi amiga se aventó en pleno frío, tomando dos camiones, y me trajo una olla llena de tamales recién hechos. No una, varias veces vino a verme. Me cuidó, se sentaba junto a mí, me daba ánimo.

Así que no entienden nada. Si yo tuviera un reino o millones de dólares, igual sería poco para pagarle lo que hizo por mí. Porque gracias a ella estoy aquí. Si no fuera por esos tamales y por su cariño, a lo mejor ya tendría cruz en el panteón en lugar de estar recibiendo este sueldo.

Las demás se quedaron calladas. Empezaron a pensar en voz baja: ¿tendrán ellas una amiga así, de tamales?

Porque en realidad no se trata de los tamales, ni de la cadena de oro. Se trata de dos corazones que tuvieron la fortuna de encontrarse en la verdadera amistad.

En palabras más simples: lo importante en la vida es tener a alguien para quien seas indispensable. Y cuando alguien te demuestra amor de esa forma, no importa el costo. Hasta por unos tamales…

sábado, 16 de agosto de 2025

ANSIEDAD


"Mi hijo no dormía y tenía dolores de estómago por ansiedad hasta que descubrimos este libro..."

Es cierto...

Hay un reloj haciendo "TIC-TAC" en el cerebro de los niños ansiosos y se le puede ir silenciando para ver resultados positivos, a veces en solo 4 semanas.

Desarrolle mi método después de 16 años como psicóloga clínica especializada en ansiedad y depresión, y tras ayudar a más de 500 familias que ya habían "probado de todo".

Lo que la ciencia demuestra es que el cerebro tiene una capacidad única para formar nuevas conexiones neuronales, especialmente en la infancia y preadolescencia. 

Le llaman “neuroplasticidad”.

Y a través de técnicas estructuradas, repetición y práctica constante de nuevos patrones de pensamiento y comportamiento, podemos reducir la ansiedad y aumentar la tranquilidad.

Es más…

Cuando los padres aprenden exactamente qué hacer antes, durante y después de momentos críticos - y aplican ciertas técnicas consistentemente, sucede algo extraordinario…

Los niños que antes se negaban a ir a la escuela, ahora se despiden con una sonrisa…

Los que sufrían ataques de pánico al separarse, ahora disfrutan de jugar con amigos sin miedo…

Los que no podían dormir por pesadillas, ahora descansan toda la noche…

Los que se paralizaban por miedo a cometer un error o hacer el ridículo, ahora se animan a participar…

Y lo más hermoso…

 Vuelve esa chispa en sus ojos que la ansiedad había apagado.

Dentro de mi libro, "La Mente Tranquila" encontrará todas las técnicas que uso en mi clínica a diario…

… Técnicas basadas en Terapia Cognitivo-Conductual que han ayudado a cientos de familias reales y que cualquier padre puede implementar, incluso en los momentos más difíciles.

La Mente Tranquila es una guía, paso a paso, que cientos de padres están usando en 2025 como alternativa o complemento a la terapia formal.

¿Que mejor que cuando están pequeños para aprovechar esa ventana crítica de desarrollo cerebral, para instalar nuevos patrones de pensamiento y comportamiento?

No hay que esperar a que ese reloj siga haciendo tic-tac.

La infancia es preciosa y cada día cuenta.

Haga CLIC para descubrir cómo transformar la ansiedad en los niños para verles sonreír nuevamente y enfrentar la vida con confianza.

Los niños merecen vivir sin el peso de la ansiedad…

Y los padres merecen verlos florecer. 

viernes, 15 de agosto de 2025

Cuando sea más vieja...

Cuando sea mas vieja, voy a vivir un poco con cada hijo y les daré en su casa todas las alegrías que ellos  me dieron en la mia.

Quiero devolverles todo lo que disfruté cuando ellos hacian las mismas cosas.

¡Les encantará!

Escribiré en las paredes con lápices de diferentes colores.

Saltaré sobre los sofás con los zapatos puestos.

 Beberé el agua de las botellas
y las dejaré fuera de la nevera.

 Hare pelotas con el papel de baño 

¡Cuán emocionados estarán!

Cuando esté mas vieja y me mude con mis hijos ...

Disfrutaré jugando con el azúcar o la sal.

Sacudirán la cabeza y me perseguirán, pero me esconderé debajo de la cama.

Cuando me llamen para la cena que prepararon, no me comeré las verduras, ensaladas ni carne.

Me atragantaré con el arroz y derramaré leche sobre la mesa.

Y cuando se enojen, correré, si puedo!

Me sentaré muy cerca del televisor y cambiaré de canal todo el tiempo.

Me quitaré las medias y siempre perderé una.

Y jugaré en el barro hasta el final del día.

Y luego, por la noche, ya acostada, agradeceré a Dios por todo, cerraré los ojos para dormir, y mis hijos me mirarán con una media sonrisa y dirán:

- ¡Es tan dulce cuando duerme!!!!!!!!!" a ver si me aguantan
Una mujer, para el cumpleaños de su mejor amiga, le regaló una cadena de oro. Se gastó todo su sueldo; y la verdad, no ganaba mucho.

Pues sí, la compró y se la dio con mucho cariño. Muy pronto en la fábrica donde ambas trabajaban todas se enteraron del regalo. Y empezaron las críticas: que cómo era posible gastar tanto dinero en una amiga, que exageraba, que eso no se hacía. Incluso una compañera se atrevió a decirle en público:
—Oye, ¿y qué te dio ella a cambio? ¿Qué ha hecho como para que la bañes en oro?

Oly, tranquila, contestó con pocas palabras:
—Me dio unos tamales.

Todas se rieron y preguntaron con ironía:
—¿Tamales? ¿Y eso amerita una joya de oro?

Entonces Oly explicó:
—Cuando estuve internada en el hospital, muy grave, sin poder comer nada, ella me llamaba a diario para preguntarme qué se me antojaba. Un día, sin pensarlo, le dije “unos tamales de rajas con queso”. No sé ni por qué, así nomás lo solté. Y ¿qué creen? Mi amiga se aventó en pleno frío, tomando dos camiones, y me trajo una olla llena de tamales recién hechos. No una, varias veces vino a verme. Me cuidó, se sentaba junto a mí, me daba ánimo.

Así que no entienden nada. Si yo tuviera un reino o millones de dólares, igual sería poco para pagarle lo que hizo por mí. Porque gracias a ella estoy aquí. Si no fuera por esos tamales y por su cariño, a lo mejor ya tendría cruz en el panteón en lugar de estar recibiendo este sueldo.

Las demás se quedaron calladas. Empezaron a pensar en voz baja: ¿tendrán ellas una amiga así, de tamales?

Porque en realidad no se trata de los tamales, ni de la cadena de oro. Se trata de dos corazones que tuvieron la fortuna de encontrarse en la verdadera amistad.

En palabras más simples: lo importante en la vida es tener a alguien para quien seas indispensable. Y cuando alguien te demuestra amor de esa forma, no importa el costo. Hasta por unos tamales…  

Créditos a su autor

FACUNDO CABRAL Su mejor Testimonio (Transcripción Juana Macedo) 3.

 


Mi madre decía: "El día del juicio final, Dios no va a juzgar uno por uno porque sería ardua tarea y tiene que ver un universo, está muy ocupado, va a juzgar el promedio de la humanidad y si juzga el promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente  eso yo lo se.                                                      Cuando yo estaba por nacer, mi padre se fue un día antes de que yo naciera porque conoció a otra mujer y yo nací en la calle, mis padres alquilaban una casa y nunca le dijo a mi madre que hacia 3 o 4 meses que no pagaba los alquileres y entonces el dueño se enojó y la echó. Me dijeron que había niños acá huérfanos, no creo, no les crean nunca cuando les digan que son huérfanos por favor, porque todos tenemos un Padre y es eterno, no, por eso decía: Te puede faltar el marido de tu madre, jamás tu Padre, tu padre está siempre. Mi padre se fue y yo nací en no sé cómo se llama acá esto? en la vereda, la banqueta… y mi madre se enojó con la sociedad y empezó a caminar hacia el Sur. Hace 57 años una mujer sola y una prostituta eran lo mismo, en algunas cosas el hombre avanza, evoluciona, hoy una mujer sola es una mujer sola, que se separó, no funcionó, a lo mejor tendrá otra chance. Yo sigo pensando que tenemos una mujer prevista por Dios, una. Yo la tuve por eso vivo solo, yo soy viudo, tuve mi mujer y sigue viviendo en mi corazón, solo una mujer tiene un hombre, algunos les cuesta encontrarla y van de mujer en mujer hasta que llegan a la de él, que se yo, pero yo pienso que es una tarea inútil. Si Dios la tiene prevista te va a llegar sola, sino, no la puedes ir a buscar a la discoteca a través de la cerveza, porque es una hermana, yo le debo tremendo respeto y el amor trae la vida, no es una distracción más, no es tan inevitable, nadie se muere si no tiene un coito cada sábado a la noche...                                               

jueves, 14 de agosto de 2025

Pensé que mi mamá quería a mi hermano...

“Pensé que mi mamá quería más a mi hermano…”
Y no… no era favoritismo.
Era una herida que yo no conocía.

Cada hijo conoce  una versión distinta de su madre.
Uno la conoció fuerte… otro  cansada.
Uno la hizo reír… otro llorar.
Uno llegó cuando aún soñaba… y otro cuando ya se le notaban las renuncias en la mirada.

No era que quisiera más a uno…
Es que cada uno ocupó un rincón distinto de su alma.

Uno necesitó más tiempo.
Otro más paciencia.
Y hubo uno que solo necesitaba que ella no se quebrara… y por eso ella fingía estar bien.

A veces creemos que mamá tiene un favorito porque vemos el abrazo… pero no la historia.
Vemos el silencio… pero no todo lo que tuvo que callar.
Vemos que da más… sin notar a quién más le dolió.

Porque sí:
El hijo que más abrazos recibió, tal vez fue el que más roto estaba.
El que parecía tenerlo todo fácil, quizás era el que más se perdió en el camino.
Y el que nunca pedía nada… fue el que aprendió a no necesitar.

Una madre no ama con justicia matemática.
Ama con lo que tiene.
Con lo que le queda.
Ama desde el cansancio, desde la intuición, desde el miedo a fallar.

¿Alguna vez te preguntaste por qué no te abrazó más?
Tal vez pensó que eras fuerte.
Tal vez ya no le quedaban fuerzas.
Tal vez también esperaba un abrazo tuyo…

Ella fue mujer antes que madre.
Fue hija antes que guía.
Y tuvo que aprender sola a repartir su alma entre varios sin romperse por completo.

No juzgues su amor por lo que hizo.
Valóralo por lo que sacrificó en silencio.
Por las lágrimas que secó sin que vieras.
Por las veces que prefirió dolerse sola, para que tú no te sintieras culpable.

Y si todavía la tienes contigo… mírala de nuevo.
Tal vez no era falta de amor.
Era que te estaba cuidando… a su manera.

No esperes a perderla para entenderla.
No esperes ser padre o madre para perdonarla.
Y no esperes más para decirle lo que siempre quiso oír:

“Gracias, mamá. Por amarme… incluso cuando no lo entendí.”

Cada hijo ocupa un lugar distinto en el corazón de mamá…
Y aunque no todos lo entiendan igual, ese amor siempre estuvo ahí.
Solo que tu no lo viste!

Tomado de la red

miércoles, 13 de agosto de 2025

FACUNDO CABRAL. Su mejor testimonio. Transcripción Juana Macedo. 13


Esa canción hoy se canta en rumano, en griego, en japonés, por esa canción nos ayudó a que compráramos para nuestras comunidades llegáramos ya a cuarenta mil hectáreas padre y la bendición y me transforme en líder de los campesinos era un pequeño (Em¡liano Zapata… (inentendible) empezamos a tener contacto con mucha gente que yo ni supuse que podía llegar a tener contacto y al tener influencias en la vida y pude contar esto, desde aquella noche hasta hoy lo que he hecho es contar, lo que puede pasar en la vida de un ser humano a partir de la llegada del Señor…ese ha sido, por eso yo nunca me sentí artista, ni me siento, yo siento que soy un testigo, que canto como podría cortar la madera, es lo mismo, no hay ninguna...

Y a los 22 años pasé por una ciudad que se llama Mar de Plata, era la primera ciudad grande que yo iba siendo otra persona y entre a un hotel como este a pedir trabajo de lo que sea y lo que me dieron fue una guitarra, les había fallado un músico y yo debuté esa noche… (aplausos) o sea, que me la puso en la mano siempre, me dijo ahora vas a ver lo que va a pasar con tu vida, a los tres días un diario publicó: En el Hotel de Hermitage de Mar de Plata todas las noches sucede un milagro, ese era yo. En un lugar donde iban a ver mujeres y a beber alcohol, había a veces hasta más de 1000 personas por día escuchando el eclesiastes, imagínate, entre whisky y coñac y muchos de ellos fueron salvos y al ratito era muy famoso y ganaba mucho dinero. Empezamos la primera comunidad de niños con mi madre. Ya había empezado humildemente, ya teníamos donde empezar, hoy son setenta y pico de escuelas en total. Nuestras escuelas trabajan las 24 horas, no se cierran jamás porque el niño va a la escuela a la hora que quiere y se va cuando quiere y el maestro está para servirlo, no para darle órdenes, no le da deberes, ni se califica. Nuestros niños de 11 años hablan dos lenguas, los niños que tienen 15 años hablan tres lenguas, hay dos en Harvard con Kissinger, estudiando derecho internacional, los dos mayores; hay dos en la Sorbona, tenemos un médico de 23 años, bueno, ahí empezó esta aventura extraordinaria.

Es por eso, pienso que es tan fácil, hace falta, si nos juntábamos aquí y nos juntáramos afuera igual que aquí todos los días y saliéramos a buscar cada día a quien esté más jodido, el milagro que sucede es extraordinario. Si ahora saliéramos a no dejar ni un niño en la calle, es tan fácil. Es amor nada más, porque mi hermano, no puedo comer tranquilo si está afuera, hermano debo comer tranquilo, es mi compromiso. Matan a un negro en EEUU y me matan a mí es un hermano, matan a un escocés en Irlanda la guerrilla y me matan a mí, si es un hermano mío, siempre me matan y siempre renazco en el que nace, por eso fue fácil, y un día me cansé de todo eso y en el 65 empecé a caminar un año la Isla de Pascua, estudiar el Libro Sagrado, después un año en el Machu Picchu y conocí lo que había quedado de los Incas y después en Mato Grosso otro año y “renací realmente y supe quién era y para que estaba”…