Les voy a contar una anécdota, un amigo mío mexicano le regaló medio millón de dólares a la Madre Teresa, porque era la primera vez que iba a la casa que tiene en México y él vio que en la casa no había nada y él hizo un cheque de medio millón de dólares, mi amigo tiene mucha lana y se lo dio.
Y la Madre me dio el cheque y me dijo: cuánto es eso? - Le digo: mucho dinero, medio millón de dólares, mucho dinero en cualquier lugar del mundo y ella se lo devolvió y le dijo: “Dame tu mano, (y mi amigo estaba así… un gesto) Y le dijo: yo no quiero tu dinero, yo quiero tu paz, yo no necesito tu dinero, yo necesito tu paz, cuando estés en paz si te necesito para dársela a nuestros hermanos que están peor que nosotros. No te preocupes por el dinero porque la divina providencia siempre nos da de comer”.
¡Eran las doce y media del mediodía padre! “Y además la divina providencia es puntual, sabe que aquí se come a la una”.
No había nada en la casa, 30 ó 40 personas ahí, a la 1 salimos y cuando yo voy a abrir la puerta, siento que alguien hace fuerza del lado de afuera, habían 3 ó 4 personas que habían llegado en un automóvil con canastas con comida y le dijo la Madre Teresa a mi amigo: “has visto que puntual”.
Salgan mañana a la calle sin un peso y van a ver que van a tener todo lo que necesitan, simplemente esperando y lo van a ver. Así yo pude cruzar la Siberia, la Manchuria, los mares del mundo, lo que se les ocurra, porque no van a creer que todos los países donde uno va, le dan un teatro tan bello como el de Asturia y viene toda la gente 3 días 4 días, no es así, A lugares que yo canto en los templos, en las sinagogas, en las plazas en los mercados, la gente deja su moneda para que uno coma y siga al otro pueblo, hago todos los trabajos posibles. Y 15 días por año, hago un trabajo diferente cada año, que es una experiencia, vuelvo a limpiar zapatos en Montevideo, Buenos Aires, ayudo en la cocina en algún hotel de Ecuador, cualquier oficio, todos los años dos semanas para no olvidarte, porque seguramente vas a volver a esos oficios, es lo más fácil.
Esa noche, como les decía, supe que soy un príncipe y que soy hijo de un rey y cambio todo, obvio. Esa misma noche de la alegría escribí una canción, ni sabía que iba a ser mi oficio este. Escribí una canción de cuna, nunca supe por qué escribí una canción de cuna esa noche y muchos años después, porque vean el cambio, saber que uno es pariente de Isaías, saber que uno es pariente de Salomón, el que sabía que todo tiene su tiempo, caramba ser pariente del Bautista. Escribí una canción de cuna, muchos años después Krishna Murti que fue gran amigo, me dijo: “Ahora entiendo porque escribiste una canción de cuna aquella vez” y por qué fue? porque yo no lo sabía, te la estabas escribiendo a ti mismo, porque estabas naciendo, es decir yo me escribí mi propia canción de cuna. (aplausos)...

No hay comentarios.:
Publicar un comentario