viernes, 29 de agosto de 2025

HARAS LO QUE YO DIGA.

Muchos padres creen que con esa frase ponen límites.
Pero en realidad lo que enseñan es obediencia forzada, no responsabilidad.
¿Quieres un hijo que obedezca solo porque depende de tu techo?
¿O un adolescente que aprenda a tomar decisiones porque entiende y respeta los acuerdos?
Si tu jefe te dijera: “Mientras trabajes aquí… harás lo que yo diga”, ¿te sentirías motivado o humillado?

Imponer órdenes educa esclavos del miedo.
Construir acuerdos forma hijos con criterio.
La autoridad no se demuestra con imposiciones, se construye con coherencia. Cuando un padre grita: “Harás lo que yo diga porque es mi casa”, el adolescente obedece por obligación, no por comprensión.
Cuando un padre explica, acuerda y mantiene el límite, el adolescente aprende que la libertad se gana con responsabilidad.
La educación positiva  lo confirma: los acuerdos enseñan autonomía, responsabilidad y respeto mutuo, mientras que las órdenes impositivas solo generan rebeldía o sumisión.

TESTIMONIO REAL
“Mi papá siempre me decía: ‘Mientras vivas en mi casa, harás lo que yo diga’. Obedecí… pero el día que me fui, nunca más volví a pedirle un consejo.” (Marina, 27 años)

EJEMPLO + EJERCICIO PRÁCTICO
Situación típica:
Padre: “Mientras vivas en mi casa, harás lo que yo diga.”
Hijo: obedece, pero lleno de rabia y contando los días para escapar.

Alternativa en 3 pasos (DE LA IMPOSICIÓN AL ACUERDO):
1. Define el límite: “Necesito que llegues a la hora acordada.”
2. Escucha su punto de vista: “¿Qué necesitas para poder cumplirlo?”
3. Construyan un acuerdo: “Si cumples con los horarios, tendrás más libertad. Si no, habrá consecuencias claras.”
FRASE PARA RÉCORDAR : “El orden impuesto se rompe.
El acuerdo construido permanece.”

 CONSEJO FINAL :
Educar no es someter, es formar criterio.
Los acuerdos no quitan autoridad: la fortalecen, porque enseñan a tu hijo que la responsabilidad trae libertad.

Puedes obligar a tu hijo a obedecer bajo tu techo…
pero el día que cruce la puerta, no volverá a buscar tu voz.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario