Es la hora de la razón, y la razón de nacer es vivir y solo se puede vivir en plenitud, haciendo lo que se ama para vivir en un constante goce, cantar hasta convertirse en el canto, bailar hasta desaparecer en la danza, hasta convertirse en la danza, encender la hoguera del amor, hasta convertirnos en el mismísimo fuego.
El tesoro más grande que llevas dentro es el amor que te lleva graciosamente de lo humano a lo divino, pero para encontrarlo debes conocerte y para eso debes ser honesto contigo mismo y para eso debes estar despierto, atento a la pequeña voz que te llega desde lo más profundo, no a los gritos de la multitud que te rodea, libre de los que en nombre del amor, quieren encadenarte a su hastío, a sus tediosas reiteraciones. Apártate para crecerte en la meditación y te asombrará comprobar todo el amor que contienes, tanto que puedes ayornar a todo lo que te rodea porque el amor es vida, expansión, no compromiso, ni deber, ni obligación, sino celebración y toda celebración libera. Por eso es imposible que haya amor sin libertad.
Dentro tuyo está la semilla de la que pueden nacer millones de flores, Bach y Mozart son un ejemplo de lo que te digo, Michelangelo y Picasso, como Neruda y Homero. Calma tu mente, entonces tu corazón recreará la vida a tu alrededor, tan graciosa como poéticamente. En estado de plenitud, la música y la poesía son todo el tiempo; Es más, aun quieto, bailaras y volarás.
Levántate y anda, acércate a los sabios y a los valientes que son siempre nuevos, no seas viejo siguiendo a la vieja educación que por prejuiciosa siempre creo fracasados.

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