Mi Abuela tenía una vajilla completa, le gustaba tanto que ni siquiera la usaba con tal de que permaneciera intacta, cuando la abuela comenzo presentir que su paso por la tierra estaba a punto de concluir, sacó su vajilla de aquella hermosa vitrina de madera que siempre respetamos, porque todo lo que ahí había era un tesoro para ella, la sacó y a cada persona que ella amaba mucho le regaló una pieza diciendo:
Usa las cosas que para eso son, usa ese perfume que huele delicioso y solo te lo pones para un día especial, pon esas cortinas de seda cuando quieras y no solo cuando vayas a recibir visitas, enciende esa vela aromática de tu habitación, si se acaba compras otra, porque si no, cuándo vas a disfrutar de su aroma?
No hagas lo que yo! que por querer cuidar las cosas jamás las disfruté.
No guardes nada para una ocasión especial, estar vivo es una ocasión especial.
¡Abuela, pero es tu vajilla más preciada!
-Lo es, sí que lo es, pero tú eres alguien especial para mí te la quiero obsequiar para que cada mañana al despertar bebas tu primer café y me recuerdes bonito.
• ¿Y si le pasa algo? ¿Si por accidente la quiebro? nooo, no me lo perdonaría
Si le pasa algo no te preocupes eso solo significaría que tú a diferencia mía la usaste cada vez que quisiste disfrutar de un café y sabes una cosa, eso me hará muy feliz.
-No guardes nada sin estrenar:
palabras, compañía, sentimientos, sueños no te quedes inerte ante la vida por esperar a mañana, por esperar el momento preciso, adecuado o especial.
El mañana no existe es solo una esperanza, solo nos queda Hoy.
Por eso vive y disfruta que yo estaré feliz de que lo hagas
¡Y aquí estoy abuela!
Recordándote bonito...
Y así con todo... lo prometo
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