EL FESTÍN DE LA EXACTITUD
Transcripción Juana Macedo
Un rey convidó a un banquete a muchos de sus súbditos, sin indicarles la hora exacta. Los más avisados vistieron al instante su mejor traje, y estuvieron aguardando en los umbrales del palacio. Los necios dijeron para sus adentros:
-¡Bah!, ¡hay tiempo todavía! Así, unos se embarcaron en sus propios negocios, mientras que los más irresponsables se enfrascaron en las diversiones. Sonó de improviso la hora del banquete, y unos y otros entraron apresuradamente en la sala regia.
El rey fue al encuentro de los puntuales, que lucían decentemente ataviados y bien dispuestos, y los acogió con benignidad.
-¡Bienvenidos sean! –les dijo-. ¡Vuestra puntualidad los dignifica!
Dirigió luego una mirada de indignación a los necios presuntuosos, que se hallaban desaliñados y sucios, y los rechazó de esta manera:
-¡Hagan el favor de salir del palacio! ¡Son indignos de estar aquí!
Ese día, el rey entregó a los puntuales una serie de títulos y encargos que les iban a hacer mucho bien a sus vidas.
Excelente lección la puntualidad tiene que ser en todas parte y siempre.
ResponderBorrarNosotros tendremos la conciensia limpia si hemos hecho algo bueno o malo y si llegamos temprano pero nadie nos vio pero nosotros sabemos q hemso llegado temprano no hya q preocuparnos por q en nuestra mente sabemos q hisimos algo bien
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