FACUNDO CABRAL 1992 – 8
Transcripción Juana Macedo
-Bueno se queda uno anonadado. Da trabajo de tomar impulso para seguir conversando con Facundo Cabral, el público tendrá oportunidad de preguntar.
!Claro era la casa de mi madre! Rivadavia 905, en un pueblo que se llamaba Tandil, después nos fuimos al chiquitito que te contaba anoche, mi pueblo donde después nos quedamos tiene 49 personas, o sea que hay, más o menos la cantidad de gente que está sentada ahí?
-Allí hay seis pueblos tuyos.
Tan pequeño que mi madre dice: solamente hay un policía y un ladrón, por eso cuando nos faltaba algo ya sabíamos quién podía ser. Hay tan poca gente que uno no se casa con la mujer que le gusta, sino con la que quiera. Si ella era muy graciosa, había una historia que decía: “El mundo estaba muy tranquilo cuando yo nací”, decía: El pueblo de Manolo el que vino de Galicia, hablando de Compostela, el que de puro tacaño por no encender la luz tuvo un hijo con su hermana. Dicen que los amigos de la mafia lo habían mandado a buscar “coca” y trajo “Pepsi” (risas). Había vendido el televisor para comprar una vídeocasetera Fredy, el hijo era igual que Manolo, una vez le preguntaron cómo te llamas y le dijo un momentito señora: “que lo cumpla feliz, que lo cumpla feliz, que lo cumplas… ¡Alberto me llamo! Al final Manolo se tomó un litro de insecticida para matar una mosca que se había tragado y murió envenenado, Mi pueblo, llegaba el tren, era maravilloso Fredy una vez por mes llegaba el tren, nos traía los diarios las revistas, ya no va más y las cosas del progreso. Mi madre decía que le había traído la dentadura postiza, el tren que había rejuvenecido a la abuela peligrosamente. Mi abuela era una experta en el amor, la quería todo el pueblo porque jamás le oyó decir un no. (risas)
Esto parece gracioso, absurdo pero es tan serio, ella decía: fíjate que interesante “decir que no a una propuesta de amor es decirle que no a Dios que es el mismísimo amor y yo soy una mujer creyente y respetuosa del Señor” (risas).
Vos sabes Fredy que cada vez que el cura se distraía mi abuela se metía en el confesionario y absolvía a todos. Sabes por qué, decía que la vida es demasiado corta para vivir con culpas, si Él te perdona, antes de que nazcas ya estás perdonado, sos su hijo, ¿o no perdonas a tu hijo? Además quizás hasta se divierte al mirar como gateamos hasta empezar a caminar un día no? Y acabar con las Fuerzas Armadas y dividir la tierra un poquito mejor, no estoy hablando de comunismo, esto va mucho más allá, dividir por amor, sin burocracia, con hombres, sin ciudadanos, con hombres, machos y hembras, sin países, un solo país tierra, donde el hombre solamente va a ser dueño de lo que ama, si no lo ama no le pertenece, yo amo esta Isla, siento que es mía. Manuel del Cabral ama mi Argentina y es de él, Alberto Cortez ama “No soy de aquí” y es de él, yo amo “los ejes de mi carreta” y es mía también.
¡El mal si digo el mal yo soy el miedo!
¡El sol si digo el sol yo soy el fuego!
¡Dolor dije dolor y del dolor fui prisionero!
¡Amor yo dije amor y fui color libre del cielo!
Walt Whitman decía: “aquel que camina un solo metro sin amor, avanza amortajado mil metros hacia su propio funeral”
¡Morir digo morir y soy la bruma!
¡Cantar dije cantar y fui la luz y la fortuna!
No se olviden que cada cantor es un soldado menos (Aplausos).
Mi madre decía que hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde, aunque sea “loco mía” pero que cante.
¡Que no digo que no y soy esclavo!
¡Que sí digo que sí y soy el amo!
¡Aquel yo dije aquel y al separar yo fui el pobre!
¡Mujer dije mujer, entonces fui y soy el hombre! ¡SI SEÑOR! Gracias. (Aplausos)
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