domingo, 12 de agosto de 2018

LAS CONFESIONES DE SAN AGUSTIN. LIBRO DÉCIMO TERCERO. 11

11. Bienaventurada la criatura que no ha conocido otra cosa, cuando ella misma hubiera sido esa cosa, si luego que fue hecha, sin ningún intervalo de tiempo, no hubiera sido exaltada por tu Don, que es sobrellevado sobre todo lo mudable hacia aquel llamamiento por el cual dijiste: Hágase la luz, y la luz fue hecha. Porque en nosotros distínguese el tiempo en que fuimos tinieblas y el en que hemos sido hechos luz; pero en aquélla se dijo lo que hubiera sido de no ser iluminada, y se dijo de este modo, como si primero hubiera sido fluida y tenebrosa, para que apareciese la causa por la cual se ha hecho que sea otra, esto es, para que, vuelta hacia la luz indeficiente, fuese también luz. Quien sea capaz, entienda, o pídatelo a ti. ¿Por qué me ha de molestar a mí, como si yo fuera el que ilumino a todo hombre que viene a este mundo?

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