domingo, 12 de agosto de 2018

LAS CONFESIONES DE SAN AGUSTIN. LIBRO DÉCIMO TERCERO. 13

13. ¡Adelante en tu confesión, oh fe mía! Di al Señor tu Dios: Santo, Santo, Santo, Señor Dios mío; en tu nombre, Padre; Hijo y Espíritu Santo, hemos sido bautizados; en tu nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo, bautizarnos; porque también entre nosotros hizo Dios en su Cristo el cielo y la tierra, los espirituales y carnales de tu Iglesia; y nuestra tierra, antes de recibir la forma de tu doctrina, era invisible e incompuesta y estábamos cubiertos con las tinieblas de la ignorancia, porque a causa de la iniquidad instruiste al hombre, y tus juicios son como grandes abismos. Mas, porque tu Espíritu era sobrellevado sobre las aguas, no abandonó tu misericordia nuestra miseria, y así dijiste Hágase la luz. Haced penitencia, porque se ha acercado el reino de los cielos haced penitencia: hágase la luz. Y porque nuestra alma se había conturbado dentro de nosotros mismos, nos acordamos de ti, Señor, desde la tierra del Jordán y del monte igual a ti, pero hecho pequeño por causa nuestra; y así nos desagradaron nuestras tinieblas, y nos convertimos a ti y fue hecha la Luz. Y ved cómo, habiendo sido algún tiempo tinieblas, somos ahora luz en el Señor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario