jueves, 4 de abril de 2024

LOS PAPELES DE FACUNDO CABRAL. 4. Transcripción Juana Macedo. FACUNDO CABRAL.

Ayer fui a la casa de mi hermano el hombre pero no lo encontré porque se había ido al pasado pues tenía un recuerdo. Hoy regresé a la casa de mi hermano, el hombre, pero no lo encontré porque se había ido al futuro pues tenía un sueño, lo que quiere decir que no pude encontrar a mi hermano, el hombre, en su verdadera casa, que es el presente.

Curé mis enfermedades con solo vivir mi verdadero tiempo, estoy sano desde que me dedico solamente a lo que me interesa, haciendo lo que amo, que es lo que soy. Me salvo de la rígida sucesión del pasado, presente y futuro viviendo intensamente el presente sin la melancolía del pasado ni la locura del futuro que nos inhabilitan para la vida, que es ahora mismo, como esta manzana y esa flor.

La propia naturaleza de la que soy parte propone los cambios en mi tiempo, por eso no me distraigo de ella con el reloj que solo marca generalidades el tiempo social no el esencial. Por esta dependencia, el hombre perdió la percepción de los ciclos que suceden en su interior, por eso no come cuando tiene hambre, dice que si cuando quiere decir no, no se acuesta cuando está cansado, hasta hace el amor por compromiso (el hombre primitivo se salvaba de esta carga suicida).

Se puede recuperar ese tiempo carente de duración estando en lo que realmente queremos estar (si hacemos esto no necesitamos la agenda donde anotamos lo que no nos interesa porque de lo contrario no lo olvidaríamos). Esto lo consigue el místico, el hombre religioso, es decir universal, no el dogmático, es un maravilloso estado de conciencia a salvo de la época mental histórica, prisión donde se ahogan tantos ciudadanos (el ciudadano depende del Estado pero el hombre de Dios, es decir del amor, que es decir la vida).


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