sábado, 2 de marzo de 2024

LO CORTEZ NO QUITA LO CABRAL 25ava. parte. Facundo Cabral

El amor es el que ama, nosotros solo somos piezas con las que juega el amor que es la razón del universo es decir Dios. El amor confirma que nacemos para encontrarnos, (la vida es el arte del encuentro decía el amigo Vinicius de Moraes) somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad, fuera de la felicidad son todos pretextos. Hay tantas cosas por gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una pérdida de tiempo, (alguna vez le preguntaron a mi madre ¿Siempre es feliz? y mi madre contestó: ¿Conoce otra manera de vivir?. En una sociedad tan loca, debemos cuidar, ante todo, nuestra salud mental, nuestra alegría, en momentos como el que vivimos, lo más inteligente es hacerse a un lado, detenerse y meditar, porque si no nos apartamos seremos socios de esta locura de todos contra todos. (Con no sumarnos a la locura, ya estamos haciendo algo por la cordura.) Llegará el día en que serán mayoría los que se aparten, entonces la humanidad comenzará a cambiar, saldrá de la violencia que destruye y entrará al amor que construye. Hemos hablado mucho de nuestras diferencias, es hora de hablar de lo que tenemos en común (por ejemplo, la vida) no olvides que nuestro deber es amarnos los unos a los otros (el Padre lo viene diciendo desde Isaías, es decir setecientos años antes del amado Jesús), por eso debemos buscar coincidencias, armonizar diferencias, por eso al pobre le hablo de esperanza y al rico de conversión. La esperanza salvará al pobre y la conversión purificará al rico. La esperanza y la conversión acercarán a nuestros hermanos y nosotros debemos trabajar para ese encuentro. Decía Gandhi al que Tagore bautizó como Mahatma, es decir, alma grande: dicen que soy un héroe, yo, pequeño, débil, tímido, casi cobarde. Si a pesar de ser lo poco que soy pude hacer lo que hice, ¿que no podrían hacer ustedes juntos?. Decía Walt Witman, al que Borges amaba tanto como yo: Me canto y me celebro, me celebro y me canto y te canto. Porque cada átomo que me pertenece te pertenece, porque cada átomo que te pertenece me pertenece porque tu y yo somos la misma cosa. Con esa idea nos juntamos para celebrar la vida en este concierto, embellecido por las luces que maneja Jorge Garrido para iluminar a las metáforas, para encender aún más a los fervores, para sugerir al pueblo o a la mujer a la que le estamos cantando, Ángel Gómez ordena el sonido para llegar saludablemente a todos sin molestar a los pájaros, para envolver sutil y amorosamente el más suave acorde de Ricardo Miralles que llena con la mejor música (Falla, Ravel, Michel, Legrand) todos los rincones de los teatros desde mucho antes del comienzo de los conciertos, es decir que nos anticipa y nos embellece la fiesta de todos los días, la que provoca el arte, que es la manera más inteligente de la alegría. 
Este cuento, alimentado por la realidad, tiene un duende, Javito por el que el escenario es la casa de la más amorosa familia. F.C.

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