lunes, 11 de marzo de 2024

LO CORTEZ NO QUITA LO CABRAL. 32ava parte. Alberto Cortez

 

Astor Piazzola es el músico más iportante que ha generado el tango (esa ráfaga, como diría Borges) y su evolución más ambiciosa. Bandoneonista genial, fue protagonista de esa evolución desde su infancia. No puedo aseverar lo que sigue, pero he tenido noticias de su participación siendo niño aún, en el papel de "canillita" (vendedor ambulante de periódicos) en una de las películas protagonizadas por Carlos Gardel. También he oído por ahí, que tenía que viajar acompañando al cantor en el viaje que le costó la vida en un accidente aéreo en Medellín. Sus padres le negaron el permiso por su minoría de edad. Mas allá de cualquier anécdota, Astor Piazzola es la voz más elevada de la música contemporánea de Buenos Aires. Desde su Concierto para Bandoneón y orquesta, hasta su obra más celebrada y sentida: Adios Nonino, escrita a la muerte de su padre, pasando por Balada para un loco, Chiquilín de Bachín, Los pájaros perdidos y muchas otras, su prolífera vida de compositor ocupa un lugar preponderante y de vanguardia en el mundo de los grandes creadores y renovadores de la estética musical rioplatense. Murió en Buenos Aires a principio de los noventa, pero renace cada día en cada joven que abre un bandonéon para llenarse de asombro y admiración sin límites por la magia señera del gran maestro. A.C. 

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