FACUNDO CABRAL 1992 – 12
Transcripción Juana Macedo
-Esto es lo que se llama una noche de mensajes, una noche hermosa y una especie de reencuentro con nosotros mismos, y una terapia, yo le decía a don Facundo que si se decide a poner un consultorio, me tendrá sábado tras sábado, semanal cada vez que tenga tiempo porque es muy bonito poder nutrirse.
Ahora sabes que es lo más lindo de esto, que todo esto que uno está diciendo, todos, absolutamente todos y mucho más que esto, lo tienen adentro, si te miras un poquito para adentro, si aceptas que la soledad es una buena amiga, si te pensas, adentro hay cosas prodigiosas, vas a curar con la palabra, Jesús no era un mentiroso y Él decía: si yo lo hago ¿por qué ustedes no lo van a hacer? Y vas a caminar sobre las aguas, el hombre vuela en un avión, estamos llegando a lugares muy lejanos por este milagro que es la televisión, le estamos acompañando la noche a algún viejito que está solo, le estamos mejorando una idea a un joven que está confuso, esto lo hace el hombre, eso es extraordinario.
-Lo importante es saber que Jesús es la única forma que te ayuda a encontrar eso que está dormido.
¡Claro busca y lo vas a encontrar, claro que lo tenes!
-¿Para ti que es más importante, los milagros que hizo o las verdades que dijo?
No, todo, todo, porque yo he hecho milagros también con mi vida, yo he podido comprobar lo que decía Él, me decidí a no morir y estoy acá, es un milagro, me decidí a dejar de ser alcohólico y no lo soy, me decidí dejar de ser crítico y no lo soy, es casi un milagro, y yo que era tan imperfecto hasta un día logré que naciese una niña, un nacimiento siempre es un milagro.
-Por eso dijo alguna vez en una de tus canciones no recuerdo cuál es, que buscando a Jesús, se puso un espejo adelante y lo encontró, piensa usted que se puede asimilar a Jesús?
Si porque somos, es que somos lo mismo, es la medida del hombre que todos los hombres deben alcanzar, es una de las medidas que a mí más me gusta, todos tenemos los elementos, Dios no… si Dios tuviera preferencias lo hubiera sacado de la cruz, cuando le hubiera costado a Jesús, tendría que haber hecho esto nomás fuuu (un soplo). Yo conozco hombres que no son Jesús, que se cortan, un día una amiga mía inglesa en Calcuta, decía que ella no creía que había un Dios, no sé qué, que el hombre no era tan fuerte, que el hombre es un animal que vive unos años y se muere, que es pestilente, que se pudre y se lo comen los gusanos… y que el espíritu no existe. Y un viejecito que era un amigo nuestro, que aprendíamos con el “memoria de los sentidos” tomó un cuchillo de la mesa, y le dice: ¡yo te voy a decir porqué creo! y se cortó una vena así, con el cuchillo y salía la sangre así, y la inglesa estaba pálida, aterrada y él se paró la salida de la sangre con la cabeza.
La madre Teresa me dijo por teléfono, yo pesaba 30 kilos menos y tenía 6 vómitos de sangre por día, me desmayaba promedio dos veces por día del dolor, me dijo por teléfono a la una de la mañana “Oye levántate estamos cerca de conseguir la victoria, el amor ya está a las puertas de la victoria, hay que trabajar mucho”. Al otro día yo estaba cantando en una ciudad de Monterrey en México.
Cómo no voy a creer en los milagros, mi padre que era un ser cualquiera, normal, no era ninguna excepción, le dijo solamente dos palabras a mi madre al oído, y yo estoy aquí cantado por solo esas dos palabras, ¿cómo no voy a creer en los milagros? (risas y aplausos).
¡Yo tengo tantos hermanos, que no los puedo contar en el valle, la montaña, en la pampa y en el mar, cada cual con su trabajo, con su sueño cada cual, con la esperanza adelante y los recuerdos detrás, yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar!
¡Gente de mano caliente por eso de la amistad, con un lloro pa llorarlo, con un rezo pa rezar, con un horizonte abierto que siempre está más allá y esa fuerza pa buscarlo con tezón y voluntad, Cuando parece más cerca es cuando se aleja más, yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar!
Sabes que Yupanqui dice que un amigo es uno mismo con otro cuero (risas). Alguna vez le preguntaron si era creyente en Francia y dijo: ¡soy más bien dudante! Buenísima (risas)
¡Y así seguimos andando curtidos de soledad, nos perdemos por el mundo, nos volvemos a encontrar y así nos reconocemos por el lejano mirar, por las coplas que mordemos, semillas de inmensidad y asi seguimos andando curtidos de soledad y en nosotros nuestros muertos pa que nadie quede atrás. Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar y una hermana muy hermosa que se llama libertad! ¡Atahualpa Yupanqui! (Aplausos)
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