LEVÁNTATE Y ANDA. FACUNDO CABRAL
(Transcripción Juana Macedo)
Háblale a cualquier parte de tu cuerpo y te escuchará, como te escuchan las plantas y los animales sienten tu amistad, piensa con benevolencia en tu parte tensa y se aflojará y esto puedes hacerlo hasta con tu mente, pero solo después de haberlo hecho con todo tu cuerpo porque todo debe seguir un orden.
También el ego es una ilusión que puedes hacer desaparecer principalmente cuando duermes sin soñar, lo que se consigue cuando no dejaste nada por hacer en la vigilia, es decir, cuando fuiste honesto y respetuoso contigo mismo. Por ejemplo cuando hiciste el amor como se debe, como una alegre ceremonia, porque hacer el amor es subir a un estadio sagrado, por eso tu cuarto se transforma en un templo donde todo es liviano y no existe el tiempo. Donde un fuego sublime nos purifica, como nos purifica el silencio en la meditación, la posición del otro es la más propicia para entrar en la meditación y la preferida de los monjes budistas para esperar a la muerte, a la que si entramos despiertos renaceremos conscientes, es más hasta podemos elegir el cuerpo donde reencarnar.
Pero hagas lo que hagas, si tu alma, tu cuerpo y tu mente están armonizadas, aparecerá un cuarto elemento, entrarás en la saludable meditación, aunque los que te rodean crean que solo estás corriendo, nadando o bailando.
Escucha tu reloj biológico, entonces comerás y dormirás en el momento exacto, no cuando lo decidan los demás, escucha la naturaleza y sabrás lo que tienes que hacer o cuándo y para qué debes detenerte, pero ante todo, escucha tu corazón porque él sabe lo que hay que hacer porque la vida es amor del que nadie sabe tanto como el corazón…
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