miércoles, 1 de julio de 2015

FACUNDO CABRAL 1992 – 9 Transcripción Juana Macedo

FACUNDO CABRAL 1992 – 9 
Transcripción Juana Macedo

-Precisamente esta noche, fuera de cámaras hablábamos de cómo había variado el público tuyo y de los tuyos, al variar las formas del despotismo de América Latina. Esta noche tú hablaste como en una ocasión llegaste a Buenos Aires y te recibieron como a Cristo en Jerusalén.

Primero me echaron cómo si yo hubiese sido Pilatos

-Y luego te recibieron como un héroe.

Porque había llegado la democracia, que es una señora bastante dudosa pero que es mejor siempre que la dictadura no?

-Mejor sí pero que tiene un viento frío como hablaba un poeta dominicano. ¿Cómo ha variado tu canción frente a ese nuevo público?

Porque varió mi vida se aumentaron los dolores, las pruebas, por eso era bueno lo que recordaba la muchacha que hablaba recién, me gustó mucho que haya recordado esa idea, lo que llamamos problemas son lecciones.

En el 76 conocí a mi mujer, digo mi mujer porque lo sigue siendo a pesar de que ya no esté aquí, porque se ama para siempre, por eso sigo solo, es más ella sigue viviendo conmigo. Y en San José de Costa Rica, ella era Norteamericana de Chicago, estaba de vacaciones, nos enamoramos en el acto y nos fuimos juntos en el acto y nos casamos tres días después en Las Vegas. Y en el 78 tuvimos una niña bella, bueno como todos los niños. Y al poquito tiempo yo perdí un avión de Los Ángeles a Chicago y se cayó el avión con mi mujer y mi niña. Y si me quedaba alguna duda de quién decide el cuento y dónde está el poder, ese día lo comprobé. Porque después, se lo contaba a Fredy el otro día, un médico me dijo vete a Buenos Aires que es la ciudad que más amas, toma todo el vino que quieras, si queres tomar vino, fuma y toma todo el café que sea por fuerte que sea porque tenes cuatro meses de vida, ese día re confirmé quién tiene el poder. 

Porque en todos estos años que no vine vi cosas extraordinariamente dolorosas y cosas extraordinariamente felices como por ejemplo canté en una noche buena de Belén que fue el día más emocionante de mi vida, después del nacimiento de mi hija, claro. Porque vi en Kathmandu un sábado al medio día, miles de madres que se juntan con sus hijos y los padres alrededor hacen ruido para que no se escuchen el llanto de los niños porque se juntan para quebrar sus piernas y sus brazos y vi mujeres que quemaban alambre rojo para quemar los ojos de su hijo para que quede ciego, porque así pueden pedir limosna que es la única forma de sobrevivir. Entonces me di cuenta de esa fantochada terrible que es la cosa social de la que yo tenía que salvarme, porque tenía que ser útil...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario