martes, 15 de diciembre de 2015

Eclesiastés 5


Eclesiastés (Qohelet), 5

1.No hables demasiado rápido, no te precipites en tu decisión cuando te comprometas delante de Dios, porque Dios está en el cielo y tú, en la tierra: no te comprometas demasiado.

2.Si estás muy preocupado, te pones a soñar; si prometes demasiado, dirás lo que no conviene.

3.Si has hecho una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, pues Dios no ama a los tontos: Si lo has prometido, hazlo.

4.Más vale no prometerle algo que prometer sin cumplirlo:

5.no sea que por eso sufras un percance y deberás confesar ante su ángel: "¡No lo había pensado!" ¿Necesitas de una promesa que va a irritar a Dios y acarrearte sinsabores?

6.Los soñadores se comprometen a cada momento sin pensar. pero tú, teme a Dios.

7.Si ves en una provincia al pobre oprimido, al derecho y a la justicia violados, no te sorprendas: por encima de una autoridad hay un escalón superior, y por encima de éste, otros más elevados.

8.El país avanzará si el rey se pone al servicio de los campos.

8.¡Cuántos días en que comió pan negro; cuántas decepciones, fatigas y disgustos!

9.El que ama el dinero nunca tiene lo suficiente: ¿por qué, entonces, perseguir una satisfacción que nunca llegará? Esto no tiene sentido.

10.Si se acrecienta la riqueza, se multiplican también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de verla.

11.El sueño del trabajador será tranquilo, haya comido poco o mucho; pero la saciedad del rico no le permite dormir.

12.Hay otra mala suerte que ví bajo el sol: la riqueza que uno guardó para su propia desgracia.

13.Perdió esa riqueza en un mal negocio, tiene un hijo y no tiene qué dejarle.

14.Desnudo sale el hombre del vientre de su madre, y desnudo volverá tal como vino. Nada podrá llevarse de todas las obras que realizaron sus manos.

15.También esto es una mala suerte: irse en el mismo estado en que uno llegó. ¿Qué más ha hecho sino trabajar para el viento?

17.Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como Dios se los concedió: esa es su parte.

18.Cuando un hombre ha recibido de Dios posesiones y riquezas; cuando puede comer, gozar y disfrutar de su trabajo, todo eso es un don de Dios.

19.A lo menos no piensa en lo corto de la vida mientras Dios le llena el corazón de alegría.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario