domingo, 27 de diciembre de 2015

Vengo del primer hombre...


Vengo del primer hombre maravillado por las bellezas del mundo, por eso a través mío te hablan los beduinos del Negev que todavía hablan arameo, la lengua del hijo del carpintero de Belén, los esenios que lo iniciaron y lo acompañaron al Jordán para que lo bautizara el Bautista, como estaba escrito. 

A través mío hablan los discípulos de Confucio y el maestro de Buda, los compañeros de San Francisco, los ayudantes de Michelángelo, el sacerdote que conoció la obra de Bach antes que nadie, los campesinos que vieron pintar a Van Gogh, los vietnamitas que trabajan en los arrozales con el agua hasta la cintura, los vaqueros texanos, los artesanos mexicanos, los mineros bolivianos, los cantores uruguayos, los panaderos chilenos, el gaucho de la Patagonia, por eso este es el libro de todos, el del mundo, el de la vida, un pacto para que no olvides la promesa de juntarnos como Dios quiere para formar la familia que Dios quiere: libre, creativa, generosa y, por lo tanto, feliz.

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